"Es una verdad reconocida por todo el mundo que toda adolescente de 17 años con cuatro hermanas necesita privacidad... O una pistola. Lo que suceda primero. Mi nombre es Lizzie Bennet y esta es mi vida: Bienvenidos a un día normal dentro de la famil...
Tal vez Navidad termino siendo un desastre con una enorme pelea entre las mellizas que hasta el sol de hoy aún no se hablan y también termino conmigo diciéndole algunas cosas no muy amables a Lydia... Pero Todo estaba bien entre nosotras ¿Cómo la sabía? Ella me había pedido prestado una blusa para la fiesta de hoy. Aunque Navidad fue algo caótico siempre teníamos año nuevo para hacerlo mejor ¿No?
El año nuevo estaba aquí y nosotros los Bennet habíamos sido invitados a una gran fiesta que organizamos los Philips en un gran salón de eventos. Bueno, de hecho todo el pueblo había sido invitado. Mamá decía que era la forma de presentar a su nuevo bebé a la sociedad invitando a todo el pueblo a celebrar para que lo conozcan. No sabía si era así pero sea esa la razón o no los Philips se habían esforzado mucho en que la fiesta fuera perfecta. Habían escuchada de mi madre y de la señora Lewis que habían contratado una banda en vivo, tenían fuegos artificiales, un gran bufete de comida y una decoración fantástica. Los Philips literalmente habían invitado a todo el pueblo, estaban listos para tirar la casa por la ventana, eso último metafóricamente hablando.
Todas estábamos vestidas, Jane estaba terminando de maquillar a Mary a quien habíamos convencido de usar un poco de maquillaje solo el necesario para que se viera fantástica.
— No entiendo cómo ustedes pueden usar todo esto en la cara. ¿qué tengo en mis labios? Se siente grasoso —dijo Mary.
— Se llama brillo labial, te acostumbrarás —le dije riendo.
— Te ves tan hermosa, Mary —dijo Jane aplaudiendo mientras observaba su obra maestra.
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Mary se veía hermosa, ella era muy bella pero siempre escondía su belleza tras su cabello y sus lentes, pero hoy no. Hoy no llevaba lentes, sus pestañas se veían enormes y un poco de brillo labial y rubor no le hacen daño a nadie.
— Gracias —respondió Mary sonriendo. — Iré a ponerme mis zapatos —ella salió de nuestra habitación.
Por nuestro lado Jane y yo habíamos decidió combinar esta vez. Ambas estábamos vistiendo croptop blancos con faldas de color pastel solo que la mía era azul y la de Jane verde. Generalmente nunca lo hacíamos pero esta vez nos pareció divertido. Por supuesto teníamos que usar grandes abrigos para no congelarnos el trasero, pero un buen outfit esta noche, lo valía.
— Mary dejaste tu libro aquí —grito Jane recogiendo un libro de mi cama.
— Es mío —le dije tomando el libro "La chica del tren" y poniéndolo en mi mesa de noche. — Charlie me lo dio de Navidad ¿acaso no es la mejor?
Al parecer mi indirecta de mandarle la foto a Charlie había funcionado y me había regalado justo el libro que quería. Habían pasado unos cuantos días y ya había leído un poco más de la mitad. Mary me había hecho prometerle que se lo prestaría en cuanto lo terminara de leer.
