21. El peso de la culpa

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— Te traje café —dijo Charlie entregándome un vaso. Se sentó a mi lado en la sala de urgencias del Hospital St. Jude de Hertford.

Cuando llegamos Mary se encontraba ya siendo atendida por los médicos por lo que pudimos preguntar había sufrido un sobredosis de fluoxetina. Lo que significa un sobredosis de antidepresivos y todo era mi culpa. Charlie  y Collin se habían quedado conmigo durante todo está tiempo, ella le había preguntado a los médicos y a las enfermeras por el estado de Mary, a mí simplemente no me salía la voz. Mama y papa llegaron minutos después de que el doctor había hablado con nosotros. Collin los puso al día yo no era capaz de mirarlos ni siquiera. No podía. Estaba demasiado enojada con ellos.

— Gracias —dije bebiendo de mi café.

— Deberías comer algo —dijo Charlie y era la tercera vez que me lo decía desde que llegamos aquí.

— No tengo hambre.

Ella asintió lentamente.

— Lizzie, te conozco. Sé que te estás culpando en estos momento pero escúchame bien, esto no es tu culpa.

Yo mire a Charlie detenidamente. Dios como la había extrañado.

— Lo es... Tú no entiendes. Ella está enferma, yo lo sabia y no hice nada —dije intentando que la voz no se me quebrara.

Charlie frunció el ceño e iba a decir algo pero Collin se nos acercó.

— Llame a tu madre, estaba algo preocupada por la forma apresurada en que salimos de casa. Pero ella comprende... Las circunstancias —dijo él y me miró al decir esto último. Genial, lo que me faltaba. Collin me estaba mirando con lastima.

— Gracias. Uhm... Puedes traernos algo de comer, estamos hambrientas ¿por favor ? —dijo ella y el asintió.

— Por supuesto, lo que sea que mi chica me pida. —dijo él y comenzó a alejarse.

— ¿Mi chica? –pregunte un poco en burla.

— Lo que sea —dijo ella virando los ojos. Esa era mi Charlie. — Larga historia, eso no tiene importancia ahora. Lizzie, no lo entiendo ¿sabías que... Que esto podía suceder?

Yo asentí. Realmente no sabía que sucedería pero existía la posibilidad. Solo que esa posibilidad era tan horrible que cuando me enteré la deseche porque no podía creer que algo así pudiera pasar por la cabeza de Mary. Porque no quería que algo así pasara por la cabeza de Mary. Pero me equivoque, debí preverlo.

Le conté a Charlie todo, le conté del extraño comportamiento de Mary las últimas semanas, le conté cómo se la pasaba en su habitación, le conté de las pastillas que había visto y mientras se lo contaba no podía evitar sentirme la peor hermana del mundo. Las señales habían estado ahí desde hace tiempo y yo solo hace dos días las había visto. Esto era mi culpa. Si yo me hubiese dado cuenta antes, si yo la hubiese ayudado, si yo hubiese hablado con ella, si yo hubiese estado para ella, si le hubiese dicho a mama y a papa cuando me enteré. O a Jane, ella siempre sabe qué hacer, ella sabe cómo llevar estas cosas. Pero no hice nada de eso y ahora solo tengo un montón de "si hubiese". Soy la peor hermana de todas.

— Lizzie... No es tu culpa. Nadie pensó que Mary podía estar enferma —dijo Charlie en un tono tranquilo y comprensivo.

— Yo debía saberlo, Charlie. Mary es mi hermana, debí darme cuenta de que algo no estaba bien. Cómo se supone que debo proteger a mis hermanas si ni siquiera puedo darme cuenta cuando me necesitan. —dije enojada conmigo. Tenía demasiada rabia contra mi. —Si algo le pasa a Mary...

—¡No le sucederá nada! No es tu culpa. Así como no es culpa de Jane o de las mellizas. No es culpa de nadie. —dijo ella y antes de que pudiera responderle la puerta de urgencias se abrió y entraron mis hermanas aún con sus disfraces puestos pero con abrigos encima. Jane se había quitado las alas y la corona de flores. Su rostro era de preocupación cuando me vio y comenzó a caminar hacia mi.

Las Chicas Bennet {Editando}Where stories live. Discover now