28. De compras con el Grinch

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— ¿Estás segura que no puedes venir? —le pregunte por teléfono a Charlie.

Intentaba convencerla de acompañarme a hacer compras navideñas. No había comprado los regalos de Navidad y mañana era la víspera de Navidad ¡No sabía qué regalarle a mi familia! Lo bueno es que ya me habían dado parte de mi sueldo así que tenía dinero para hacerlo.

— No lo creo, mamá insiste en que la lleve a donde tía Carol en Bridgeport ¿estarás bien? —preguntó ella al otro lado de la línea.

— Si, seguro. Fitz quedó de acompañarme porque aún le falta comprar un regalo —le respondí. Fitz había prometido acompañarme aunque siempre era bueno tener la opinión de tu mejor amiga.

— ¡Esta bien! No olvides comprarme un lindo regalo ¡Adiós! —me dijo ella, yo reí y colgué.

Estaba en el centro de Hertford donde todos los años hacia las compras navideñas con Jane y Charlie. Estaba especialmente concurrido para esta época del año teniendo en cuenta que a mucha gente, como a mí, se le había olvidado comprar los regalos. Eran las 7:23 p.m y había quedado con Fitz a las 7:30 p.m. la noche estaba fría, seguramente pronto comenzaría a nevar.

— ¿Lizzie? —escuche que me llamaban, voltee y juro que nunca pensé en encontrarme de nuevo con cierta persona, pero ahí estaba, George Wickham en todo su esplendor — Tenía tiempo sin verte, el otro día me encontré a tu hermana, Lydia, me comentó que estabas trabajando en el club Rosings —dijo el acercándose a mi.

George llevaba un pantalón oscuro, zapatos negros y una chaqueta de cuero negra con una bufanda roja alrededor de su cuello. Sip, realmente seguía igual de guapo que siempre.

Me quede sorprendida al verlo hablarme tan normalmente. No habíamos vuelto a dirigirnos la palabra desde que lo vi besando a Maddie Grandley frente a toda la escuela.

— Hola, George. Si, así es —le respondí. El sonrió y odie su estupida sonrisa que seguía siendo igual de encantadora.

— ¿Quieres café? Parece que te estás congelando —él me tendió un vaso que tenía en la mano.

Asentí y se lo recibí. Para ser honesta sí me estaba congelando.

— Gracias —bebí un poco de café. Era café negro y solo un poco de azúcar, como generalmente lo tomaba yo. El me siguió sonriendo— ¿Cómo está Maddie? —tuve que preguntar y enseguida su sonrisa se borro.

— Esta bien. De hecho vine a comprarle su regalo de Navidad —dijo él y yo asentí devolviéndole su café.

— ¿Compras de último minuto? —comente.

— Así es, realmente no soy bueno en todo este asunto de la Navidad —dijo él. — Aun no sé qué regalarle a Maddie

— Bueno... Creo que necesitarás suerte con eso —le dije riendo. Antes le había tenido un poco de rabia a George por escoger a Maddie sobre mi, había herido mi ego, pero ahora la situación me parecía hasta graciosa.

El asintió también riendo.

— ¿Tú también estás haciendo compras de último minuto? Tal vez dos personas sean más eficientes que una ¿Quieres que compremos juntos? Será divertido—me ofreció él.

No estaba molesta con George pero mi civilidad no llegaba hasta el punto de acompañarlo a comprar un regalo para su novia, la cual odio desde los siete años.

Afortunadamente fui salvada por mi teléfono que comenzó a sonar y me di cuenta que era Fitz.

—Lo siento, estoy esperando a alguien —le dije con una sonrisa de disculpas. —Tengo que irme, suerte con tu búsqueda. Adiós, George —comencé a alejarme apresuradamente.

Las Chicas Bennet {Editando}Where stories live. Discover now