8.

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Mamá había perdido la cabeza. Normalmente sus dramas sin sentido me harían reír, sin embargo, con Jane en una cita quién sabe dónde con Chuck, las mellizas cuidando al bebé de los Philips, Papá trabajando y Mary... No sé dónde está Mary. El punto es yo era la única persona en esta casa que mamá puede torturar y ella está haciendo un gran trabajo.

— ¿Crees que es hora de decirle a Jane que invite a Chuck a cenar? —me preguntó mamá mientras yo intentaba leer.

— Chuck ha cenado aquí varias veces —respondí sin apartar la mirada del libro.

— Me refiero a una cena familiar. Podría cocinar algo delicioso y costoso. Algo como... langosta.

— Papá odia la langosta dice que está sobrevalorada —respondí.

— No lo mataría comerla de vez en cuando. Es por su futuro yerno. Todo debemos poner de nuestra parte.

Ella sonrió ensimismada y me di cuenta que realmente vivía en una fantasía.

— Mamá, solo están... saliendo. No es como si se fueran a casar.

Y ahí vi su burbuja reventarse.

— ¿Por qué no? Sería maravilloso.

Sentí el impulso de explicarle que Jane no era así. Apenas conocía al chico y ella siempre se tomaba las cosas con calma. Además, SOMOS ADOLESCENTES.

Pensé que ignorando a mamá ella simplemente se iría, pero no fue así.

— ¿Sabes a quien me encontré en la peluquería el otro día? A tu amiga Maddie.

— Mamá, Maddie y yo no somos amigas desde preparatoria —respondí dejando mi libro a un lado. Me iba a ser imposible leer.

— ¿De verdad? Ella fue realmente amable conmigo ese día.

Viré los ojos. Por supuesto que Maddie lo había sido. No era más que su acto hipócrita.

— Bueno... pues no lo sé. Maddie y yo simplemente ya no nos llevamos bien.

— Deberías volver a ser su amiga. Ahora que Jane se ha a la universidad te vendría bien hacer más amigos. Charlotte está ok, pero Maddie es popular ¿no quieres ser popular?

Mi madre fue un chica popular durante toda vida y de sus hijas la única que se acercaba medianamente a eso era Jane y quizá Lydia.

— No, mamá. No quiero ser popular.

La popularidad está sobrevalorada. Un puñado de gente pensando que es mejor que otra. Eso suena bien en malos programas sobre dramas adolescentes, pero en la vida real apesta.

— Realmente eres rara, Lizzie —dijo como si yo fuera un caso perdido.

Y tal vez lo era.

Sonreí.

— Gracias, má

🌼🌼🌼🌼🌼

— ¿Qué están haciendo perdedoras? —preguntó Lydia tapándome el sol.

— Estamos trabajando en nuestro bronceado de verano—respondí sin abrir los ojos.

Las Chicas Bennet {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora