32. Dos lados de una historia

645 71 7
                                    

Tell me your secrets
And ask me your questions
Oh, let's go back to the start
(The Scientist, Coldplay)

— ¿Podríamos dejar lo de Cookie Pie para más tarde? —le pregunte a Charlie jugando nerviosamente con la carta entre mis manos.

Ella miró la carta y después me miró a mi. Asintió tal vez comprendiendo que necesitaba privacidad, lo que sea que Darcy me haya dicho en esa carta necesitaba leerlo sola.

— Prometo contarte lo que hay dentro de ella solo... Solo necesito... —comencé a decir pero ella me interrumpió.

— Lo entiendo —dijo ella cerrando la puerta de su auto. — Solo llámame cuando... Ya sabes, estés lista para ir por algo de comer.

Yo asentí y le sonreí. Esa era una de las razones por las que Charlotte y yo éramos mejores amigas, ella me entendía sin que yo tuviera que explicarle cómo me sentía.

Cruce la calle y entre a casa ansiosa por encerrarme a solas en mi habitación. Lastimosamente cuando subí al segundo piso mi puerta estaba abierta, Mary y Kitty se encontraban sentadas en mi cama. Kitty estaba en su celular y Mary estaba leyendo un libro. Las dos voltearon a verme cuando yo me quede de pie como estatua en la puerta.

— Me rehusó a aguantar la resaca de Lydia. No soy su enfermera ni su esclava —me explicó Kitty. Mary asintió y volvió a su libro.

Yo no dije nada simplemente me fui al piso de abajo, tal vez allí encontraría un lugar donde leer sin ser interrumpida. Abrí la puerta del estudio de papá y asome la cabeza, él se encontraba ahí en su escritorio.

— ¿Huyendo de toda la locura de esta casa? —me preguntó con una tierna sonrisa. Yo asentí y fingí una pequeña risa.

Salí del estudio y me dirigí a la sala. No tuve que entrar para saber que mi madre se encontraba ahí hablando con la que parecía la Señora Philips. Desvíe mi camino y me dirigí a la cocina.

Entre y me sentí aliviada de encontrar un lugar donde pudiera tener algo de privacidad pero me había equivocado no estaba sola.

— Ey ¿Estabas donde Charlie? —dijo Jane acercándose a la estufa donde al parecer estaba cocinando una sopa. Yo asentí y ella comenzó a revolver la sopa. — He escuchado que es buena para resaca. A Lydia le vendría bien comer algo —me explicó ella.

Yo asentí ¿Realmente no había un lugar privado en esta casa?

— ¿Estás bien? Te ves... Tensionada.

— No, no —dije escondiendo la carta detrás de mi espalda. — Estoy bien, solo necesito algo de aire fresco.

Jane no dijo nada pero yo sabía que ella no me había creído. Odiaba mentirle, bueno no mentirle, ocultarle la verdad que más o menos es lo mismo ¿No? Antes de que la culpa siguiera devorándome salí de la cocina y luego salí de la casa. No había un solo lugar en esta casa donde estuviera completamente sola sin peligro de ser interrumpida. O bueno, tal vez si lo había solo que no estaba dentro de la casa.

Camine hacia la vieja casita del árbol y subí por la pequeña escalera de madera. Abrí el sobre y me asombre al ver que eran dos hojas completas escritas a mano en letra cursiva. La caligrafía de Darcy era elegante y muy bonita. Generalmente los chicos no tenían buena letra, pero Darcy sí. De hecho generalmente los chicos no escriben cartas, tienes suerte si recibes un mensaje de texto de ellos, escribir cartas creo que es una romántica costumbre que se había perdido con el tiempo. Pero esta carta sabía muy bien que no tenia nada de romántica, Darcy lo dejó muy claro "No te preocupes, no volveré a repetir el mismo error de ayer" había dicho él dejando claro que confesarme sus sentimientos había sido un error...

Las Chicas Bennet {Editando}Where stories live. Discover now