El Placer de Amar. ~ ~ CastielxSucrette [Corazón de Melón]

Capítulo 14.

«Pv's Castiel »

Fui despertando por culpa de la puta luz del sol, joder. Abrí mis ojos y lo primero que vi fue a Sucrette dormida a mi lado, sin poder evitarlo una sonrisa se había formado en mis labios.

Después de la cena de anoche, la traje a mi departamento el cual tenía el mismo ambiente romántico que donde estábamos antes, estaban las luces apagadas solamente alumbrado con pequeñas velas y habían pétalos de rosas por todos lados, pero había un camino de pétalos rojos que conducían explícitamente al dormitorio. Llegamos aquí e hicimos nuestras cosas, esta vez usando dicha protección porque no queríamos arriesgarnos nuevamente. Finalmente terminamos cansados y nos dormimos.

Arreglé unos pocos cabellos que caían sobre su rostro detrás de su oreja, estaba contento de al fin poder ser novios, hace ya una semana he estado planeando todo esto y quería que todo fuera perfecto... Y así fue.

—¿Cass? —Escuché su voz somnolienta, volví a mirarla a los ojos saliendo de mis pensamientos y noté como ella seguía con los ojos cerrados, pero lentamente los fue abriendo. — Buenos días... —Me sonrió y yo correspondí, yendo a dejar un tosco beso sobre su frente.

—Buenos días, hermosa. —Ella se estiró en la cama, pero al terminar de hacerlo se abrazó a mí entrelazando nuestras piernas por debajo de las sábanas. — ¿Sigues con sueño, eh? —Me reí. Ella asintió.

—Me gustaría, pero creo que ya es tarde... —Dirigí mi mirada al reloj colgado en una de las paredes y este marcaban las 8:26a.m.

—La verdad es que aún es muy temprano. —Me acerqué para lograr abrazarla, ella se acurrucó entre mis brazos, hacía frío a estas horas así que he de suponer que debe tener frío o algo. —¿Te gustaría salir más tarde o tienes otros planes? —Propuse en lo que acariciaba sus cabellos y daba uno que otro beso sobre estos.

—Me encantaría, pero... Les dije a las chicas que hoy saldríamos. No te importa, ¿Verdad?

—Claro que no. —Reí. — Ya saldremos en otro momento.

—¿Y qué te parece si vienes a cenar a mi casa? —Sonreí a su propuesta.

—Me encantaría.

—Entonces nos veremos. —Rió. — Debo irme ya, debo alistarme y ya sabes cuanto demoro.

—Siglos. —Bromeé, ganándome un pequeño golpe en el brazo de su parte. Aunque nuestras risas cesaron al escuchar que tocaban a la puerta. —¿Quién será a esta hora?

—¿No esperabas a nadie? —Preguntó mientras se levantaba y comenzaba a vestirse con sus ropas.

—La verdad es que no. —Negué e igual que ella hice lo mismo, Al estar ya algo "decente" me di por ir a abrir la puerta, notando como ella de curiosa miraba de reojo. Abrí la puerta y sentí que el alma se me caía a los pies. Había un arma de fuego apuntándome entre mis ojos. —¿Q-Qué mierda...?

—Señor Castiel, tiene derecho a guardar silencio. —Trague en seco, ¿Será lo que estoy pensando? Miré por el rabillo de mi ojo a Sucrette y ella nos miraba aterrada y a la vez confundida. — Se arresta por ataque tal un tal Viktor usando como "arma" a su canino. —Ahora si comenzaba a temblar del miedo, no tenía miedo de ir a prisión, pero...—A su perro se le codena a descanso eterno por agresividad y ataque a personas.

—¿¡QUÉ!? —Grité yo y Su' a la vez.

—¡USTEDES NO TIENEN DERECHO A HACERLE ESO! —Finalmente los enfrenté, sin importarme si me dispararan o no. Pero apenas y grité, Demonio salió de mi habitación, haciendo que empalideciera aún más.