El Placer de Amar. ~ ~ CastielxSucrette [Corazón de Melón]

Capítulo 59.

—¡Deben de estar bromeando! —Le decía una chica de cabellos plateados a la oji verde, la cual simplemente le sonreía mientras se sobaba su tripa, de inmediato fue abrazada por los hombros por su pareja. — Es una gran responsabilidad... Mellizos, eso no me lo esperaba. —Decía incrédula aún por la sorpresa.

Se encontraban en un pequeño antro, estaba algo vacío pero no estaba mal para un pequeño grupo de amigos.

—¡Que poderoso eres, Castiel! —Decía el chico gamer, el cual miraba al pelirrojo con admiración. Castiel simplemente hacia una expresión de sentirse orgulloso al ser halagado de esa manera, aunque Sucrette se encontraba más roja que el cabello de él por aquel comentario.

—Lo sé, lo sé. —Decía éste mientras abrazaba aún más a su mujer. — Para que vean que extrañé mucho a mi chica, lo hacíamos día y no... —Y antes de que pudiese terminar la frase, su boca fue tapada por la mano de ella.

—¡Deja de decir eso! —Le reprochó, provocando risas de todos los demás.

La velada siguió de esa manera, todos felicitaban a la pareja sobre aquella noticia de los mellizos y también estaban felices por su boda que estaba por hacerse el próximo mes. Castiel ese mismo día hizo una reservación  en un local para la fiesta y además, la boda sería en el mismo lugar en donde le pidió ser su novia por primera vez.

De regreso a casa ambos iban tomados de la mano mientras conversaban, proyectando su vida juntos y ésta vez, para siempre.

Pv's Castiel.

Cuando llegamos íbamos a ir directamente a dormir por el cansancio, pero alguien llamó a la puerta.

— ¡Yo iré! — Se me adelantó Sucrette al estar más cerca, pues yo me estaba dando una ducha, había bebido algo de alcohol en el bar y había quedado con mal aroma a trago.

No me gusta mucho la idea de que ella abra la puerta principal a estas horas de la noche, pero es un vecindario tranquilo, nada malo podría pasar, no creo que tengamos la mala suerte de que justo seamos el blanco de algún ladrón o qué sé yo.

Aún así me apresuré al ducharme rápidamente, cerré la llave del grifo de la regadera y comencé a secarme con una toalla, con la cual me envolví la cintura y salí del cuarto de baño. Me dio igual el tener que estar casi desnudo, caminé hasta la entrada.

— ¿Quién e....? — No alcancé a realizar la pregunta debido a una voz masculina que provenía de afuera. Me oculté en la cocina para poder escuchar.

—Te lo digo en serio, no insistas más. — ¿Con quién estará hablando? —  Evan, por favor, no sigas con todo ésto, estamos cansados.

—Tú bien sabes que ese bebé es mío. — Aquí vamos de nuevo, éste tipo no se cansa.

—Bebés. — Corrigió ella. Sonreí, divertido al imaginarme la expresión que puede que él tenga ahora mismo. — Tendré Mellizos.

— ¡Con muchísima más razón! — Estaba apunto de salir, pero algo que dijo hizo que me detuviera en seco.—  Usa la lógica. En mi sangre tengo familiares que son gemelos, y aunque éstos son mellizos, es casi lo mismo. ¿Acaso Castiel tiene familiares que tengan mellizos? Hay mil veces más posibilidad de que yo sea el padre que él. —Hubo un silencio por parte de ella. Al parecer... Ella estaba en estado de shock igual que yo. Pero vamos... Di algo. Insiste, di que aún así el padre seré yo. — No te pediré que vuelvas conmigo... Pero cuando nazcan, yo quiero reconocerlos como su padre legítimo.

—Nadie puede asegurar que tú eres el padre, ¿Qué pasa si los reconoces y en realidad el padre es Castiel? Claro que no. Tú puedes irte por ahí, Cass y yo estamos bien ahora, de verdad que no quiero problemas. Por favor, vete.