Capítulo 21.

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—¿Qué? —Fue lo único que logré decir luego de aquella confesión.

—Me gustas Castiel... —Repitió. Yo no pude decir nada, la verdad es que no me lo esperaba. No... No, esto no debe estar pasando.

—No, yo no te gusto. —Aclaré. Yo no podía gustarle, claro que no.

—Sí, si me gustas—Insistió. — ¿Cuántas veces tendré que repetirlo para que me creas?

—No hace falta, porque te digo la verdad cuando te digo que no lo haces. —Me levanté de la banca y la miré por un segundo antes de pasarme la mano por mis cabellos en señal de frustración. — Haz estado tanto tiempo aquí, que necesitas que alguien te quiera y te de cariño, eso es lo que pasa. Pero lamento decirte que, yo no podré darte eso, yo ya tengo novia.

—Pero... —Otra lágrima cayó por su mejilla. — Acaso... ¿Acaso mis sentimientos no importan?...

—A mi no me importan. —Dije directo. Si es necesario, la trataré mal, solo para que olvide esos sentimientos hacia mí. — Y ni siquiera sé cómo fue que pasó esto. No me conoces en absoluto.

—¡Pero sé lo suficiente para saber que me gustas! —Se afirmó de la reja de rodillas sobre la banca que también tenía al otro lado de la reja. — Y tú me conoces, más de lo que conoces a tu novia, eso es seguro.

—No la metas a ella aquí, esto es entre tú y yo. Y yo te digo que no te metas en mi vida, olvida estos sentimientos hacia mí, porque yo jamás podré corresponderte, y eso, sí que es seguro. —Más lágrimas cayeron por sus mejillas. No dijo nada, simplemente se fue, corriendo a no sé dónde. — Tsk. —Me di la vuelta y comencé a caminar. Estaba cansado de todo esto.

Regresé a mi celda y me senté en la cama, a lo mejor sería bueno decirle sobre esto a Sucrette, o tal vez no, no lo sé. Solo no quiero tener secretos con ella...

[...]

Otro mes aquí, nada cambia, Sucrette viene a visitarme con Lysandro como siempre, nada nuevo. Ya no he vuelto a ver a Cristi.

[...]

Dos meses más. Sigo sin ver a Cristi y le he dicho a Sucrette sobre lo que pasó con ella, ahora que no la veo, vi más seguro decírselo. Ella lo comprendió, no negaré que si se puso celosa, pero se tranquilizó cuando le dije que no la he visto ya por tres meses. Luego de eso todo siguió normal.

[...]

Otros meses más y en total, ya llevo nueve meses en esta mierda. Y juro que todo este tiempo se me hizo eterno.

Me levantaba de la cama luego de dormir unas cuantas horas, era medio día si no me equivocaba.

—Hey, tú. —Un guardia entró a la celda. Yo me quedé mirándolo, ¿Acaso me equivoqué en la hora? —Te dejarán en libertad condicional, es mejor que te portes bien, muchacho, o volverás aquí y tendrás que cumplir lo que te queda y el otro tiempo que te den. —Yo asentí con una leve sonrisa. Joder, al fin, podré salir de aquí de una vez por todas e ir a ver a Sucrette, tendré el placer de tenerla junto a mí y juro no volver a alejarme de ella.

El guardia me entregó la ropa con la cual entré aquí y me cambié. Fuimos hasta la recepción de la prisión y ahí me entregaron unas cuantas cosas que tuvieron que haber tenido mis pantalones, como por ejemplo, mi billetera, mi reloj el cual tenía puesto, el cinturón, mis llaves y nada más.

Las guardé y ¿Qué fue lo primero que hice? Fui a una peluquería sí. ¿Por qué? Porque no quería que Sucrette me viera con este patético aspecto, tenía el cabello por completo negro con las puntas rojas. Pedí que me cortaran un poco el largo, tal cual siempre lo he tenido y he vuelto a teñírmelo rojo, ya estaba como nuevo y podía sentirlo, sentir estar libre era genial. Pagué con el dinero que tenía y fui a tomar el autobús, ahora en dirección a la casa de Sucrette. Tenía el corazón en un puño, estaba emocionado, seguro y estaba feliz de verme nuevamente.

El Placer de Amar. ~ ~ CastielxSucrette [Corazón de Melón]Where stories live. Discover now