Capítulo 24.

1.8K 133 27
                                    


«Pv's Castiel.»

A veces uno tiene mala suerte sin querer.

Ya han pasado unas semanas desde que salí de prisión y he vuelto con mi amada, al igual que con mis amigos. Pero no todo ha sido color de rosa desde mi regreso... Por más cursi que suene.

Sucrette ya no es la misma desde esa noche, desde esa noche en la que fue a buscar mis cosas para quedarme con ella. Al día siguiente comenzó a comportarse extrañamente, comenzaba a evitarme, cuando la invitaba a salir, se ponía excusas como "Ya quedé con una amiga" o "Alexy me invitó de compras" y si no era él, era Rosalya.

Ahora nada más me la pasaba con Lysandro ensayando, pero la mayor parte del tiempo estaba solo, podía sentir como aquella soledad volvía a mí... Esa misma soledad que sentía cuando Sucrette aún no llegaba a mi vida. ¿Acaso tanto tiempo pasó para que los sentimientos de ella se esfumaran? Porque no hay ninguna otra opción para que ella ya no quiera estar tiempo conmigo, o quizá se enamoró de alguien más.

De tan solo visualizarla con alguien más, sentía la ira correr por mis venas. Pero a la vez, sentía un gran dolor en mi pecho...

—Hey, Castiel. —Me llamó Lys, sacándome de mis pensamientos. — ¿Te encuentras bien?

—Sí, no pasa nada. —Respondí con indiferencia. — Acabemos por hoy.

—Pero... Si ni siquiera hemos empezado. —Hizo una mueca de confusión.

—Eh... No ando con muchas ganas de ensayar hoy. Lo siento. —Él asintió.

Dejé la guitarra a un lado y me fui.

Pasaba tranquilamente por las tiendas, mirando cada unas de estas por los vídriales de afuera. Había muchas cosas interesantes, llegué hasta una tienda de música en donde centré mi atención en una increíble guitarra, pero así como voy no podré comprarla, tendré que ponerme a trabajar.

Pasé esa tienda y la siguiente era una tienda de adopción de mascotas... Había un vidrial en donde se mostraban algunos animales, en especial cachorros. Yo solo los miraba, hasta que atrás de todos vi a un cachorro de rottweiler, me acordé de inmediato de Demonio. Se me encogió el corazón de tan solo recordar lo que le pasó...

Al salir de mis pensamientos, me di cuenta que estaba dentro de aquella tienda. Miré al cachorro, este jugaba a mordisquear a un juguete de goma, se le veía que tenía un espíritu de lucha muy alto. Me reí, recuerdo que Demonio era igual.

¿Qué pasaría si...?

—¿Puedo ayudarlo en algo? —Escuché una voz extrañamente conocida, una voz femenina. Me di la vuelta y me sorprendí al volver a verla, aquellos ojos verdes, su cabello azul...

—¿Cristi? —La nombre.

—¡Oh! ¡Castiel! —Me nombró también emocionadamente, creo que ella tampoco me había reconocido. — Tanto tiempo, me alegra mucho de que ya no estés dentro de prisión.

—Sí, hmm, eso creo. —Traté de ignorar ese tema, e ir directo al grano. — Quiero adoptar un cachorro.

—Oh, claro, ¿Cuál? —Preguntó animadamente mirándolos.

—Éste. —Con cuidado, cargué a uno de los cachorros, al pequeño rottweiler.

—Ese es muy juguetón, se le extrañará acá. —Me dedicó una sonrisa. —Sigueme.

Fuimos hasta una pequeña barra, en donde tenían muchos papeles y en la pared de la misma, muchos accesorios y utensilios de mascota. De provecho, tomé un collar negro con pequeñas puntas, un par de juguetes, una correa y lo más importante, comida para cachorro.

El Placer de Amar. ~ ~ CastielxSucrette [Corazón de Melón]Where stories live. Discover now