🌸Capitulo 56-Especial 300 seguidores 2/3🌸

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Le cerré la puerta en la cara.

Si ella supiera cuantas veces me han dicho lo mismo, sabría que al final Castiel y yo siempre hayamos una u otra forma para estar juntos.

Hoy es un día especial y no dejaré que ella lo arruine.

—¿Quién era? —Escuché la voz de Castiel en mi oído, provocándo en mi un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo.

—Nadie. —Pero apenas y dije aquello último, comenzaron a golpear la puerta de manera exagerada, haciendo que me sobresaltara. Castiel me miró con la ceja alzada de manera seria al notar que le estaba mintiendo, por lo que él decidió abrir la puerta y otro golpe de abofetada se escuchó. Él había quedado con su rostro mirando hacia otro lado con los ojos bien abiertos por la sorpresa, tal y como había quedado yo hace un momento. Esa chica pensó que yo iba a volver a abrir y golpeó a Castiel pensando que era yo. Lo vi en su expresión de sorpresa y arrepentimiento mientras se cubría su boca con ambas manos.

—¡Castiel! Y-Yo... ¡Lo siento! No quería... No quise golpearte a ti... —Balbuceaba de manera torpe mientras trataba de acercarse a él, pero Castiel símplemente le miró sin ninguna otra expresión que no fuera la molestia.

—Ya veo. —Él volteó a mirarme y se fijó en mi mejilla que aún estaba roja por la abofetada que me había plantado antes de cerrarle en la cara, ahora sí que le iría mal. Volvió a verle. — Creo que no te basto con pegarle una vez, que querías hacerlo de nuevo, ¿No?

—¡No la defiendas! —Le gritó, enfadada. — Nosotros... Nosotros estabamos bien... ¡Hasta que a Erick se le ocurrió venir a Paris!

—Entonces deberías ir a reclamar al estudio, no venir a mi casa. —Contestó.— Ni siquiera sé cómo es que sabes donde vivo. ¿Quién te lo dijo?

—Rumores, las fans no son para nada cautelosas con respecto a la información con los famosos quienes les gusta. —Aclaró, colocando una de sus manos en su cintura.

—Ah. —Dijo él, creo que para él ser famoso no era siempre bueno, dado que no respetaban su privacidad. — Bueno, ahora que obtuviste lo que querías, o sea, golpearla, te puedes ir.

—Debe ser una broma. —Dijo, mirándome con una expresión asqueada y yo sólamente para echarle más leña al fuego, alcé mi mano izquierda, mostrándole mi anillo de compromiso con una sonrisa de satisfacción. Su expresión cambió de inmediato a una de espanto, volviéndose hacia él. — ¡Estuvimos juntos 5 años! Y no ha pasando más de un mes de que regresamos y... ¿¡Y YA PIENSAS CASARTE CON OTRA!?

—Oh, eso. —Respondió él, recargándose en el marco de la puerta mientras que en sus labios se asomaba una sonrisa de superioridad. — Tranquila, seguramente te llegará una invitación.

—Castiel... Mi Cassy... —Se acercó a él, posando ambas manos en su pecho. Está bien, esta chica ya me estaba colmando la paciencia. — ¿Acaso no recuerdas todos los momentos lindos que tuvimos? ¿Todas esas noches inolvidables en donde hicimos el amor hasta el amanecer? —Ella pegó sus enormes pechos en el de él. Antes de que Castiel pudiese responderle, me asomé a la puerta y le propiné un fuerte golpe en el rostro, justo en la nariz, dejándola sentada en la entrada de mi casa. — ¡Ay! ¡Mi nariz!

—¡Más te vale que te alejes de él! —Le espeté, teniendo la mirada de ambos en mí. Castiel me miraba sorprendido, puede que me vea linda y delicada pero mi espíritu de hace cinco años no se ha ido, no me aguantaré lo que aguanté con Amber, a ésta si la golpearé si es necesario. — Y tus malditas amenazas no me asustan, ¡Intenta lo que quieras!  Porque nada ni nadie me volverá a alejar de Castiel.

Y con eso, volví a cerrar la puerta, quedándome con los brazos cruzados mirando la misma con la mirada de mi pelirrojo en mi espalda.

Unos brazos rodearon mi cintura y me voltearon, haciendo que quedara frente a él, sus ojos color gris me provocaba una sensación realmente increíble, dado que siempre que tenía su mirada en mi, sentía que éste me comía poco a poco con ella.

—Me gusta ese lado tuyo.—Me dijo con una sonrisa a lo que se la devolví devolví, rodeando su cuello con mis brazos. — Me gustas así salvaje, me hace desearte más y me dan más ganas aún de llevarte a la cama.

—¿Qué te detiene, mnh? —Cuestioné, juntando la punta de mi nariz con la de él.

—Nuestros invitados. —Reímos.

—¿Desde cuándo un par de personas han sido un problema?

—Touche. —Volvió a reír, juntando sus labios con los míos en un tierno beso.

Volvímos con nuestros amigos que nos estában esperando en el jardín trasero, los cuales al llegar nos preguntaron el por qué tardabamos tanto, a lo que Castiel salió con sus bromas y respondió con “No podíamos aguantar más y nos echamos un rapidín en el baño”, haciendo que muchos, incluyéndome, rieramos y otros nos miraran asqueados, agradeciendo que no les hayan dado ganas de ir al baño en ese rato.

Iris, Nathaniel y Lysandro ya estaban en el escenario esperando a Castiel, me había enterado que estuvieron repasado unas partituras de una canción en el tiempo que estuvimos ocupados, aunque era una canción que era de la ex banda, la había escrito Lysandro junto a Castiel dedicada a mi.

Cuando terminaron de tocar todos aplaudimos, dejándole el micrófono a Castiel, quien me regaló una sonrisa antes de comenzar a hablar.

—Primero que nada, Sucrette y yo estamos muy agradecidos con ustedes por haberse molestado con venir. —Comenzó a hablar, ganándose una sonrisa de más de uno que estaban tanto arriba como también abajo del escenario. — Hace cinco años Lysandro y yo no pudimos hacer una despedida como se debe, a decir verdad, nos sorprendieron a ambos cuando todos llegaron a la estación de trenes, aún cuando ese día era el día en el que se graduaban. —Hizo una pequeña pausa para mirarlos a todos. — Ese día sentí que una nueva puerta se abría para mí, logré hacer mi sueño realidad, pero... Hacerlo sin poder estar con todos ustedes, realmente fue triste. Aunque sabía que me daban su apoyo moral desde lejos, era inevitable preguntarme a mi o a Lysandro si ustedes nos recordarán o simplemente ya nos habían olvidado, cosa que agradezco que no haya sido así. —Él caminó hacia un extremo del escenario en donde había una pequeña escalera y bajó por ella, caminando luego hasta nosotros. Por suerte, el micrófono era inalámbrico, así que no se le hacía problema desplazarse hacía todos lados con el. — Todo éste tiempo pensé en cómo pude haber hecho las cosas diferentes sin tener la necesidad de irme, pero creo que solo fue cosa del destino, uno no puede escapar de el aunque quisiese. Yo traté de escapar porque pensaba que así le hacía un bien mejor a la persona que tanto me amó y que aún me ama, pero me equivoqué. Pero aún siendo así, el destino me quizo devuelta con ella.

—¡Muy cursi! —Gritó Armin, arrancándole una carcajada a todos. Era la verdad, él estaba siendo muy cursi, pero así me gustaba él, es algo que me enamoró de él. No solía demostrar tanto sus sentimientos cuando habían más personas, por lo que deduzco que estará haciendo un gran esfuerzo para no morirse de la vergüenza.

—Y por lo mismo, quería informarles de algo. —Éste sonrió de oreja a oreja, acercándose más a mí y con su mano desocupada, tomar mi mano izquierda la cual tenía mi anillo y la alzó, provocando miradas de sorpresa y emoción de muchos. — Nos casaremos en dos meses y todos están invitados a nuestra boda.

—¡Felicidades! —Gritaron todos mientras aplaudían y nos decían una que otra cosa, felices de enterarse por nuestro compromiso.

Todo era tan mágico... Era tanta la emoción que dudaba poder tener todo dentro.

De un momento a otro, nuevamente mi vista comenzó a nublarse y me tambaleé.

—Sucrette, ¿Estás bien? —Me habló Rosa quien me estaba abrazando pero ante mi mareo, se separó de mi.

—S-Sí, estoy... —No logré continuar la frase, me vino un mareo aún más fuerte y me desvanecí hacía atrás, cayendo en el duro y frío suelo tapizado con césped.

—¡SUCRETTE! —La voz de Castiel llamarme fue lo último que oí antes de perder completamente la conciencia.

El Placer de Amar. ~ ~ CastielxSucrette [Corazón de Melón]Where stories live. Discover now