XXVI

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Liv

Alaric aún no llegaba, lo estaba esperando para disculparme por las actitudes que había tomado, me sentía como una hipócrita, pues primero no lo quería conmigo, después si y ahora lo intento alejar de mi.

Mientras estaba afuera del salón, llegó Luca, comenzaba a agradarme, sólo que intentaba que no lo notará.

-¡Hey, Olivia! -Me gritó y voltee viéndolo con enojo.

-No me digas así - junte los dientes y fruncí el ceño.

-Tranquila - me rodeo el cuello con sus brazos y frotó su puño sobre mi cabello- no te vendría mal una que otra sonrisa.

-Con alguien como tú, ¿Cuándo? -me pareció ser un tanto grosera pero no me importó.

-¡No volverá a pasar mi capitán!-hizo un pequeño tono burlón y se paró simulando ser militar.

-No pude evitar reír un poco, en realidad ambos lo hicimos.

Mientras tanto llegaba Alaric, se corrigió un poco su peinado con los dedos, me sonrió y bajo la mirada.

-Hola Liv -se acercó y me beso la mejilla -Luca, ¿Qué hay? -Chocaron las manos.

-Aquí molestando a tu novia - Lo dijo riéndose de mi.

De tras de Alaric iban llegando Elena y Natalia, eran tan odiosas, con el simple hecho de verlas como caminaban.

-Me voy chicos, los dejo solos -Luca salió detrás de las perras.

-Te vas por la sombrita -Alaric contestó- Idiota - susurro.

-Eso no era necesario-mire su cara, tratando de ocultar la sonrisa.

-¿Sabes? no hay que entrar, hoy no.

-¿A donde iremos?

-Lejos de aquí - lo mire, sonreí y asentí.

Comenzamos a caminar hacia la salida, no me sentía con mucho ánimo de quedarme, su propuesta me cayó como anillo al dedo, aprovecharía para disculparme. Repentinamente me giraba para verlo, pero dejaba de hacerlo cuando pensaba que él me miraría a mi.

-Ten -le di mis llaves.

-Te prometo que compraré el mio- me señalo el auto.

-Sólo quiero saber a donde iremos -torne mi voz mas seria.

-Primero iremos a tu casa y de paso a la mía -ambos callamos.

Entramos en el auto, salimos y nos dirigimos hacia mi casa, tenia muchas dudas... esto es muy desesperante...

-Alaric- mi tono era muy tembloroso.

-¿Dime?

-Perdón...

-¿Por qué pequeña?

-Por como te había tratado, sé que no soy la mejor chica del mundo, fui un tanto bipolar y lo admito también estúpida -Se orilló hacia la acera y apagó el carro.

-Si, en realidad eres un poco difícil, primero me atraes y luego me pateas, pero nada en este mundo es fácil, tal vez crees que estés loca, pero de ser necesario yo perderé la cabeza por ti... Así que por favor no me pidas perdón.

Volvió a encender el auto, fueron minutos los que tardamos para llegar a mi casa, cambié mi mirada y me sentí mas tranquila, realmente lo quería pero tenía miedo de que una persona tan importante para mi me lastimara como ya lo habían hecho antes.

-Espera, me cambiaré- lo dejé esperando en la sala -¿puedes decirme a dónde iremos? para saber que ponerme -sonó desesperada.

-Tranquilízate -se acercaba a mi -veremos a mis padres.

A sus padres... ¿Qué?

-¿Me puedes ayudar?

-¿Dime?

-¿Qué debería ponerme?

-Me gusta esto -Me dio un vestido rojo, tomó mi cinturón (un tanto delgado), y una chamarra verde, con esas botas-tacones cafés.

-Gracias, ahora sal, jajaja -me burlé para no sonar mandona.

-Esta bien...

Me cepillé un poco el cabello, me vestí lo más rápido que pude, rocíe mi perfume, entre al baño y me cepillé los dientes, tomé mi bolso, metí mi móvil, perfume, mi maquillaje y mi cartera dentro.

-¿Me ayudas a ponerme mi chamarra? -la sostuvo en mi espalda para ayudarme.

-Te falta un último toque -Lo miré con extrañeza - voltéate.

Giró mi cabello a un lado, sentí sus manos en mi espalda poniéndome un collar.

-Listo, eres más hermosa aún.

Mi vida empieza y acaba contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora