LXXXV

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Liv

Una semana después de que regresamos del viaje, ya habíamos terminado de enviar la mayoría de las invitaciones a casi la mayor parte de la familia de Alaric, también invitamos a todos nuestros amigos y a sus familias, a la única que no quise ver en mi boda, fue a la pronta de Kate.

Quedé con Amy y las chicas de salir por la tarde, sería el día de escoger mi vestido y necesitaba todas las opiniones que pudiera. Hugo trajo a Lluvia a casa, de ahí nosotras iríamos por las demás para ir a la plaza comercial. Mientras tanto, Hugo se quedaría con Alaric; ya habían comenzado la producción en la empresa, compraron un lote donde pondrían la armadora y dejarían trabajar a los empleados, ahí mismo estaría la oficina de Alaric.

Lluvia y yo fuimos hasta casa de Amy donde estaban las demás, todas subieron a mi camioneta y nos dirigimos hacia la plaza.

-Liv, ¿ya sabes cuál será el vestido? - Wen preguntó.

-No, pero quisiera algo que cuando Alaric me vea piense: "Mmm...Se ve hermosa, pero se ve increíble". Me entienden, ¿no?

-¡Oh! Vamos a encontrarlo, así tengamos que voltear la plaza entera, lo vamos a encontrar -Lluvia trataba de alentarme.

-Sí, Liv. Tú tranquila, nosotras nos encargaremos - Renne me sonrió como solía hacerlo.

-Gracias, chicas, las aprecio mucho al igual de lo que están haciendo por mí - dije a todas.

En cuestión de minutos llegamos a la plaza, bajamos del auto, tomamos las escaleras eléctricas y caminamos por la plaza, primero viendo todos los vestidos aún sin elegir uno solo.

Parecía que existían millones de vestidos, todos diferentes, pero no lograba decidirme, no lograba encontrar el perfecto. Llevábamos casi cinco tiendas y todavía no lograba encontrar el indicado.

De pronto, la chica de la tienda nos enseñó un vestido realmente hermoso, obviamente era totalmente blanco, era como una especie de corsé por la parte de arriba y desde la cintura hasta el piso eran una especie de capas de tela, de la tela que es delgada y algo transparente, a la cintura un listón gris largo, que además de estar amarrado caía hacia un costado.

-¡Éste!... ¡Éste es perfecto! - Grité y algunas personas dentro de la tienda voltearon a mirarme.

-Debería de gustarte, el precio también está perfecto - una de las chicas de las que atendían la tienda murmuró a lo lejos.

-Hey, vamos a comprarlo - Lluvia le dio la tarjeta de crédito.

-No, Lluvia, es demasiado - la detuve antes de llegar a la caja para cobrar.

-No importa, todo por mi pequeña - pensé que quizá se lo tomaban muy en serio lo de quererme como a su hija, pero no pensé que sí me quisieran como ellos decían - además por eso fue que Hugo quiso que trajera la tarjeta.

Todas callamos por un rato hasta que nos entregaron el vestido y me llevaron a buscar la lencería que debía usar para ese día, también buscamos otro vestido aparte de el de novia ya que no quería traerlo todo el tiempo puesto, pues pensaba que me cansaría después de un rato.

Salimos pronto de la plaza, se comenzaba a hacer tarde y todas debíamos regresar a casa. Le pedí a Lluvia que se llevara el vestido porque no quería que Alaric lo viera.

-¿Ya de regreso? - Preguntó Hugo

-Sí, ya estamos aquí - contesté.

-¿Y el vestido? - Alaric me miró.

-No me gustó ninguno - le contesté - además quizá en la semana vayamos a ver o en la despedida de soltera.

-¡Oh! Es cierto, Luca me preguntó qué haríamos pero no tengo ni idea. Le llamaré mañana.

En unos minutos más tarde, Hugo y Lluvia se fueron y me quedé sola con Alaric. Él sólo apagó la computadora y la dejó sobre la mesa, se acercó a mí y me abrazo, sentí su calor y un cariño que pocas veces me mostraba.

-Liv, estoy nervioso - me dijo al oído.

-¿Por qué? -pregunté.

-No lo sé, quizá sea parte de la emoción que tengo de estar el resto de mi vida contigo.

-Mi amor, te amo y no lo voy a dejar de hacer. Nunca te dejaré solo, te lo prometo.

Mi vida empieza y acaba contigoWhere stories live. Discover now