LXXXIV

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Alaric

Temprano nos alistamos y comenzamos a subir las maletas en el auto, regresé rápido al cuarto para cerciorarme que no habíamos olvidado nada. Hugo nos alcanzó unos minutos después, salimos un poco retrasados hacia el aeropuerto, pero para nuestra suerte no había nada de tráfico.

Después de pasar la seguridad del aeropuerto tomamos caminos separados, me fui con Liv, pero sin antes habernos despedido de Lluvia y Hugo.
Subimos al auto, encendí la radio y conduje hasta casa.

-Mi amor... - Liv me miraba.

-¿Sí, cariño? - Contesté.

-Me siento algo nerviosa.

-¿Pero por qué mi vida?

-Porque seremos padres, no lo sé, pienso que no seré una buena madre.

-¿Cómo piensas eso? Si tú eres una gran mujer. No serás una buena madre, ¡serás excelente!

-No lo sé, quizá porque no tuve a mi madre cerca de mí, eso puede que me impida demostrar mi cariño hacia nuestra beba.

-No, mi amor, no es para nada eso - me estacioné frente la casa -Yo creo en ti, tal vez no te dieron ese cariño pero tú lo puedes hacer, demuéstrale a ella cuanto la amas y cuán importante es para ti.

Me sonrió, me abrazó y me besó, bajamos de la camioneta y entramos a la casa. No era temprano pero decidí volver a recostarme e intentar volver a dormir aunque sea un poco. Liv se quedó sentada en la sala, sacó su portátil y al parecer puso una película en Netflix, ya que se escuchaba un poco de ruido pero aún así no me levanté.

Mi vida empieza y acaba contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora