Mi vida empieza y acaba contigo

LXXXVI

Alaric

Mañana planearán mi despedida de soltero, mientras tanto, hoy Luca y Agus me acompañarían a comprar mi traje.

Salí por la mañana, me despedí de Liv, ya que ella debía ir a trabajar en la cafetería pero quizá será un buen momento para que dejara de ir, el vientre ya se notaba más grande y era muy notable su embarazo, además no podía hacer demasiado esfuerzo físico. Quedé con Luca y Agus de vernos cerca de la universidad; al llegar ya me estaban esperando, me acerqué con la camioneta y subieron en ella.

-¿Y ese milagro Luca? - Le pregunté.

-¿De qué hablas? - contestó.

-Pues nunca llegas temprano a ningún lugar, jajaja - nos reímos.

-Déjame, cabrón, jaja.

-¿Qué pasó con lo de la parrillada? - Agus me preguntó.

-No creó que podamos hacer ya nada.

-Mañana quedamos en que va a ser su despedida, te mando mensaje y quedamos bien más tarde para pasar por él a su casa - Luca le dijo a Agus.

Llegando a la plaza, estacioné en el sótano la camioneta y subimos a la planta baja. No había muchas tiendas que vendieran trajes para bodas, pero fue sencillo escoger uno. Entrando a la tienda, miré uno en particular y decidí que ese debía ser el que tenia que usar el gran día.

-¿Ya viste el precio? - dijo Luca.

-Sí, pero no importa, la empresa a empezado a dejar sus frutos... - contesté - señorita, que sea éste, por favor.

-Claro, aquí le cobran - llegando a la caja recibieron el traje - bien, de mi parte sería todo - la señorita se alejó.

Cubrieron mi traje con un plástico negro con un cierre en medio, mientras lo cargaba en mi hombro caminé junto a ellos dos.

-¿Y ya saben qué nombre le pondrán al bebé? - Luca me preguntó.

-¿Van a tener un bebé? - Agus se sorprendió.

-Sí, jajaja, ¿no se nota? - Le dije a Agus.

-No, bueno, a decir verdad no había lo había notado, hasta ahora no he visto mucho a Liv.

-Bueno, como ses. Va a ser niña y ya hemos decidido su nombre, pero será una sorpresa para ustedes.

-Venga, hermano, dinos. Ya quiero conocer a mi pequeña sobrina - Luca golpeó mi hombro.

-No puedo, Liv me mataría si lo hago.

Unos cuantos minutos más estuvimos dentro para que ellos compraran sus trajes también. Al regresar a casa Liv no estaba, pensé que se había quedado en el trabajo, así que le llamé al móvil.

-Cariño, ¿quieres que vaya por ti? - Pregunté.

-No, las chicas han venido por mí y quieren adelantar la despedida.

-Vale, quizá ya esté dormido cuando regreses.

-Sí, mi vida, te veo al rato.

Cortó la llamada y dejé el móvil sobre la mesa de noche. Encendí el televisor, cambiaba de canal en canal para encontrar algo que me entretuviera, hasta que encontré una pelea de boxeo y quedé viéndola. Pensé muchas cosas, mi imaginación se disparó, sólo podía ver mi futuro junto a Liv y nuestra pequeña, cómo crecería, cómo sería nuestra nueva vida, y sólo me concentraba en la pequeña sonrisa de nuestra beba.