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Alaric

Ayer había sido un día muy especial, fue literalmente el mejor día de mi vida, lo recordaría por siempre, lo había disfrutado muchísimo. Amé como nunca a Liv, fuimos uno de nuevo, más allá de la felicidad.

Regresábamos de la casa de Hugo, cuando estábamos doblando la calle para llegar, noté un auto, no me preocupé ni nada pero era algo extraño, ya que nunca ningún vecino dejaba su auto fuera de su cochera. Pedí a Liv que entrase a la casa, caminé lentamente hasta la acera, el auto se fue acercando lentamente hacia donde estaba y de golpe ya se encontraban a nada de mí. Todo pasó muy rápido, no pude reaccionar, dos tipos bajaron del auto y se abalanzaron sobre, uno de ellos golpeó mi barbilla, intenté regresar el mismo golpe y lo conseguí pero el otro hombre me jaló y mantuvo mis brazos tras mi espalda mientras tanto, el otro tipo golpeó mi rostro y mi abdomen, me sentía atrapado, no podía moverme para nada. No pasó mucho tiempo, pues empecé a sangrar de la nariz, escupir sangre y no podía con ese dolor. Ambos traían cubierto su rostro, uno de ellos tenía una máscara y el otro tenía paliacate y una gorra, era demasiado difícil saber quiénes eran.

-Dale gracias a tu novia - uno de ellos dijo antes de soltarme.

De pronto, Liv salió corriendo de la casa, uno de los tipos la detuvo antes de que llegase conmigo y la empujó, cayó sobre el pasto.

-¡Alaric! - No pude contestar nada, ella se veía desesperada, lloraba.

-¡Ésto es tu culpa! - uno de ellos le gritó, ella no podía ni hablar, tan sólo lloraba.

Sólo la podía mirar con los ojos entre cerrados, veía su rostro lleno de miedo, me hacía romperme aún más por el hecho de no poder hacer nada más. Los tipos se fueron, en cuanto pudo, Liv se acercó a mi, lentamente mis ojos se comenzaron a cerrar hasta que me quedé dormido.

Reaccioné poco después, apenas y pude mantenerme despierto, volví desmayarme, escuché algunas voces a lo lejos una de ellas que la podía distinguir, era Liv y estaba muy angustiada por lo que había pasado, también apenas logré escuchar a Luca.

Pude despertar, todo me dolía, no podía moverme por completo, parecía que me había hecho algunas heridas internas pero aún no me habían dicho si tenía algo más, debía de quedarme en el hospital hasta que el doctor estuviera seguro de que podía irme a casa. Liv estaba en la habitación, estaba dormida en el pequeño sillón que se encontraba cerca de mi camilla.

Me recosté cuidadosamente evitando el dolor, miré directamente al techo, me quedé pensando sobre todo, no quería demostrarlo pero el simple hecho de que me golpearon me había asustado demasiado, me corté en lágrimas frías, en ese momento despertó liv, y como pude seque las lágrimas que brotaban de mis ojos y sus huellas en mis mejillas.

-¿Alaric? - volteó a mirarme.

-Sí, jajaja - mi risa falsa tal vez no la había convencido.

-¿Cómo te sientes? - Se levantó y camino hacia mí.

-Bien, ya hasta puedo irme a correr - giré lentamente para mirarla.

-Jajaja, no digas tonterías - Besó mi frente.

No quería hablar sobre lo que había pasado, pero quería saber por qué esos tipos decían que todo era culpa de Liv. Al principio llegué a pensar que todo había sido por qué alguno de ellos era su ex novio o algo así. La miré fijamente y ella se percató de eso.

-¿Qué pasa? -Pasó sus dedos por mi cabello.

-¿Por qué?, ¿por qué te culpaban a ti? -volteó la mirada al instante.

-Pues ... no sé cómo explicar todo -bajó la mirada.

-Venga Liv, sabes que puedes decirme todo.

-Claro que lo sé.

-Confía en mi y dime qué fue.

-Mira - suspiró profundamente - Elena y Natalia me molestaron mucho tiempo, lo sabes, pero las últimas veces cuando tú no estuviste aquí, cuando fuiste a cuidar a tu mamá ellas siguieron golpeándome y molestándome, hasta que Amy las detuvo, fue ahí cuando amenazó en hacer daño todos los que yo más quisiera - quebró en lágrimas -y lo peor es que comenzó contigo.

No pude contestar nada, ahora no sabía que responder, sólo dejé que ella siguiese contando todo lo que había pasado.

-Ahora le hará lo mismo a todos y todo por mi culpa - trató de secar sus lágrimas - Pero ya no más, estoy harta de todo esto, esas prontas ya me tienen hasta la madre.

La imagen de Liv cambio por completo, la vi como nunca antes, mucho más segura, mucho más fuerte, mucho más decidida, definitivamente podía decir que no la conocía.

Tomé su mano, la apreté un poco provocando que voltease a verme.

-Te amo Liv, no me importaría sufrir ni un poco por el hecho de amarte, siempre me quedaré a tu lado y nunca te lastimaré, no dejaré que nadie te haga daño, siempre estarás tu primero aún sobre mí.

Mi vida empieza y acaba contigoWhere stories live. Discover now