LII

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Alaric

-¡Hey! ¡Hey!, cabrón hasta que despiertas - Luca estaba demasiado cerca de mí -Venga, dame un beso.

-Jajaja, déjate de puterías - Traté de retroceder.

-¡Oye, es para que te cures! - se comenzó a burlar.

-Jajaja - puse con un silencio, mientras pensaba en Liv - Oye, ¿no has visto a Liv?

-Ajá, sí la vi, de hecho la vimos todos - le miré un tanto confundido.

-¿A qué te refieres?

-Será mejor que ella te cuente.

Ya no contesté nada, tan sólo esperaba a que llegara. Faltaba una semana para salir del instituto, y al parecer me darían de alta esta tarde o tal vez mañana temprano.

La atención que me habían dado en el hospital había sido muy buena, todo estaba muy bien: Un cuarto para mí solo, televisión y una de las enfermeras se había hecho una buena amiga mía, aunque no la volviese a ver no importaba, pero tenía un nombre muy lindo, Ximena, igual y en la otra vida nos encontremos.

El doctor había ido a verme cuando Luca aún estaba conmigo, parece que tenía una fractura en la pierna y debían enyesar antes de dejarme ir. Para cuando llegó Liv, noté desde luego algunos moretones que tenía pero esperé hasta que estuviésemos solos para platicar con ella, mientras tanto yo ya casi estaba listo para salir del hospital pero el doctor le pidió que nos quedáremos esa última noche por seguridad.

-¿Liv? - La miré asombrado.

-Mande, mi amor - se acercó a mí.

-Luca me ha dicho que había pasado algo, pero no me quiso decir que era -me puse algo nervioso.

-Bueno, es que ... - estiré mi mano hasta su mejilla y la acaricié un poco - es que me he peleado con Elena.

-¿Le rompiste su madre?, jajaja - ella me miró e igual rió.

-Pensé que te molestarías.

-No, para nada, si hubiese podido yo lo hubiera hecho - le guiñé el ojo - ¿Pero te sientes bien?, ¿no te ha hecho nada grave?

-Claro que no, pegaba como niña, jajaja - se rió demasiado que prácticamente fuera se escuchaban sus carcajadas.

-Jajaja, cálmate. De ahora en adelante te voy a llamar para que pelees por mí.

-Obvio, ¿no miras estos músculos? - Hizo una pose como esos modelos físicos.

Se acercó lentamente a mí, cada vez más, hasta que sus labios y los míos se juntaron como aquella primera vez en donde parecía que todo se detenía y sólo vivíamos nosotros en un mundo de mierda, pero que podíamos salir de todo mientras estuviésemos juntos.

Por la mañana, el doctor regresó a la habitación, Liv lo recibió y ella fue la que me despertó.

-Bien, Alaric, ¿cómo te sientes? - está revisando mi pierna.

-Igual que ayer, ¿ya podré irme? - Me precipité al preguntar y fui muy notorio.

-Jajaja, sí, ya podrás salir, ahora le digo a Ximena que te traiga una silla de ruedas para que puedas salir.

Liv buscó en su bolso las llaves del auto, no eran las suyas pero era hora de irnos y eso no importaba.

-Iré por la camioneta, te espero en la entrada -tomó sus cosas y salió.

¿Camioneta?, ¿cuál camioneta? Aún estaba recostado sobre la camilla, cuando llegó Ximena. Antes de irme debía cambiarme, Liv había dejado mi ropa sobre el sillón.

Mi vida empieza y acaba contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora