XLV

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Liv

Todo el fin de semana fue muy hermoso, parecía que ya éramos una familia, un tanto más rara, pero una familia al final de cuentas.

Por la tarde del domingo era hora de regresar, volvimos a empacar todo, Alaric subió las maletas dentro del auto pues había que regresar de nueva cuenta a casa.

Condució por un largo rato, intenté dormir un poco, aunque mis esfuerzos fueron muy vanos. Tomé mi móvil, lo revisé por si había alguna notificación que no hubiese visto; revisando observé que habían planeado una salida, un viaje, para terminar el instituto. No había podido explicar por qué estábamos a punto de salir; pues ya era nuestro último año, de hecho eran los últimos meses para ser exacta.

-Alaric, ¿ya sabías del viaje? -Lo miré.

-No ¿cuál? - No intentó mirarme ya que estaba conduciendo.

-Los de la generación están preparando un viaje para todos los que salimos y me han invitado.

-No, no lo sabía, ¿quieres ir?

-No lo sé, no me siento muy segura.

-Vale mejor hay que pensarlo y ya veremos ¿ok?

Llegamos casi al anochecer, caí en un sueño muy pesado, no desperté hasta el día siguiente sabiendo que otra vez debíamos ir al instituto, ya estando próximos los exámenes finales animé a Alaric a que me tocará más canciones pues ya me había enamorado de aquella voz.

Lo había olvidado, el cumpleaños de Alaric se acercaba, aún faltaban como 3 semanas pero eso no importaba, sólo tenía que hacer que ese día fuese perfecto.

-Liv - escuché su dulce voz

-Mmm - gruñí un poco.

-¿Te desperté? - me abrazó e hizo que me girará hacia él.

-No, ya había despertado.

-Venga, que tenemos que ir al instituto.

-¡Ay, no hay que ir!

-¡Cómo crees que no!, te prepararse todo, tan sólo te avísame cuando esté todo listo. - Besó mi frente, me volvió a girar y se levantó.

Ya no respondí nada, tampoco tenía sueño, sólo quería tener un momento para mí, como antes solía hacerlo. Sería totalmente perfecto poder tener una familia con Alaric; últimamente había estado pensando sólo en eso, aún así sería una locura.

Escuché que Alaric preparaba el desayuno, momentos después entró en la habitación, yo ya no estaba acostada como cuando él se había levantado, ahora está sentada recargada en la cabecera.

-Pequeña, ¿estás bien? - se acercó y se sentó a un borde de la cama.

-Sí, no te preocupes - le solté una sonrisa.

-Vale, está listo el desayuno, lo dejé sobre la mesa, tomaré un baño y ahora te acompaño.

Se levantó y se dirigió al baño, también lo hice yo, me levanté y salí a la sala, moví todo lo que había preparado a la pequeña mesa que se encontraba en la sala, prendí el televisor y comí lo que Alaric había hecho.

Al poco rato Alaric salió de la habitación, se estaba secando el cabello con una toalla, tenía el torso descubierto. Me miró y se sentó a lado mío.

Vinieron a mi mente algunos pensamientos un tanto malos, el notó también que yo lo estaba mirando de esa manera.

-Jajaja ¿qué? - Se burló un poco.

- No, nada, nada - comenzaron a enrojecerse mis mejillas, podía sentir ese pequeño ardor.

Poco a poco se acercó a mi, yo tan solo intentaba retroceder un poco y encoger la cabeza, pero él ya me había alcanzado, me levanté y me siguió, me tomó de la cintura, mientras recorría su espalda con mis manos hasta llegar a su cuello. Él me besó.

Le solté y lo apresuré, ya era algo tarde. Llegamos igual que siempre a la escuela, todo igual todo una rutina. Mientras caminábamos para entrar al instituto, Elena y Natalia nos miraban, yo lo había notado, más aún porque estaban con esos chicos de Universidad, todos mirándonos pero su mirada era de odio y eso era lo que me preocupaba. Me tranquilicé un poco cuando encontramos a Luca y Amy en la puerta, los saludamos y todo, entramos igual a la clase que teníamos.

Aún estaba intranquila, sabía que algo pasaría muy pronto pero aún no sabía de qué eran capaces de hacer Elena y Natalia por el puto odio que sentían hacia mí.

Mi vida empieza y acaba contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora