LXXIII

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Alaric

Dejamos pasar la semana. Para el fin ya nos habíamos puesto de acuerdo de qué hacer, yo iría a dejar a Liv con Amy, mientras Luca y yo nos íbamos con los demás. Tomé mis cosas, las guardé en una mochila; Liv al igual que yo también se llevaba algunas.

-Vayámonos Liv - insistí - Venga, que ya es tarde.

-Ya voy, ya voy no te desesperes ¿OK?

Subimos al auto, llegamos mucho más rápido de lo que habíamos pensado, al tocar la campanilla Luca abrió al instante y apresuró a Liv para que entrará.

-Vale, creo que está todo bien - Luca le sonrió a las chicas - Bueno, nosotros nos retiramos.

Amy le susurró algo a Liv y ella se torno seria y me miró fijamente, yo me sorprendí un poco, pues me había dado curiosidad.

-¡Chicos! - Amy nos detuvo.

-¿Sí? - Contestamos en coro.

-Confiamos infinitamente en ustedes y los amamos muchísimo pero... - se detuvo un instante.

-Pero... - contesté.

-Nada de putas, ¿vale? - miré a Liv y aún tenía esa mirada.

-No, para nada -Contestó Luca.

-Más te vale, mi amor, ¿eh? - Amy repetía a Luca.

-Y tú, Alaric - Liv me llamó - ninguna tontería por favor, te vamos a estar esperando.

-Sí, cariño, no te preocupes.

Luca y yo salimos, le di las llaves del auto para que fuéramos por los demás, no pasaban del medio día, así que llamamos a los demás que pasaríamos por ellos a casa de Agus.

-Güey, ya vamos a llegar - le dije a Agus.

-Vale, no hay nadie en casa, aquí ya esta Apollo e Ike así que sólo faltan ustedes, perros.

-Ok, ya no tardamos, sólo que a este idiota se le olvido comprar las cervezas.

-Si perros, tengo una sorpresa para todos así que apresúrense.

-En 20 ya estamos ahí, te llevamos 10 cajas espero y no se acaben.

Agus me siguió apresurado, al poco tiempo corté la llamada para apresurar a Luca y que pudiésemos llegar mucho más rápido.

Llegando bajé del auto y toqué la campanilla, Agus abrió la puerta y llamó a los demás para que nos ayudarán a bajar las cajas de cerveza. La casa de Agus era muy grande, al entrar noté que había comprado cajetillas de cigarrillos, ya que estaban en la mesa del comedor; entramos en su habitación de juegos y tenía una mesa de billar, algunos juegos eléctricos, dardos, poker y baraja española junto un pequeño bar. Todo en un cuarto que era demasiado grande.

-¿Cuál era la urgencia, cabrón? - Pregunté cuando terminamos de bajar las cajas.

-Lo importante es que ya tengo lugar para tu boda, es un poco lejos justo en una cabaña que parece mansión, es nuestra y ahí quiero que hagas todo, pero aún lo estoy arreglado; y lo segundo es que compré unos pastelillos, tienen algo especial dentro - Agus susurró - traen marihuana.

- Güey, nos vamos a poner hasta la madre - me burlé.

-No hay problema, mañana no tenemos Uni entonces no creo que haya problemas.

-Bueno, pero no hay que ponernos hasta el culo.

-Vale, perros, hoy hay que disfrutar, que no sabemos hasta cuando lo vamos a repetir.

-Falta la despedida de Alaric - Ike les recordó.

-Ya sabemos, güey, pero para ese entonces todo va a ser diferente - Contestó Apollo.

-Bueno pues a darle - Grité.

Empezamos muy tranquilos, algunos jugábamos billar los otros jugaban baraja. Cerveza tras cerveza se fueron pasando las horas, estaba fumando un cigarrillo sentado mirando el juego entre Luca y Agus.

- Güey, ya te chingaron - le repetí varias veces a Luca.

-No, güey, déjame. Aún le puedo partir su madre - obviamente estaba algo ebrio pero aún era el Luca que conocía.

Después de tres juegos, trajeron los pastelillos y cada quien se comió uno. Pensaba que el efecto era inmediato pero yo aún me sentía normal, de pronto, platicando vi sentada junto a Ike una rana vestida de traje. La rana podía hablar me decía muchas cosas incoherentes y todas graciosas, yo no podía dejar de reírme, mientras que los demás veían cosas muy diferentes, a cada quien nos hizo efecto de manera distinta.

Después de un rato de escuchar a Rene la rana (así le había puesto a la rana) me quedé profundamente dormido.

Mi vida empieza y acaba contigoWhere stories live. Discover now