En el lugar en el que acaba la humanidad

315 41 8
                                    

Cuando la niña se asomó entre los brazos de todos divisó entonces la gravedad del estado de su amigo y mentor. Parecía mentira que hacía unos pocos dias atrás ella había pensado con seriedad que su vida era aburrida y sin sabor. Y justo ahora pagaría lo que fuera por que todo fuera como antes.

Fuera de la cueva ahora la nieve caía con sumo sosiego, ni rastro quedaba de lo que antes habían sufrido sus amigos. Ahora todo era paz y tranquilidad para el grupo. Si de algo se tenían que preocupar era del esqueleto que tenían compadeciente de un extraño mal. Sans estuvo muy enfermo durante varios días, la explicación que dió Alphys fue que su cuerpo había mandado sobrecargas para alimentar el poder que había perdido en esas batallas extremas, ocasionando que sus defensas bajaran y que cualquier virus tomara fuerza en él.

Subieron a Sans por una larga rampa que había casi como escabada en la roca hasta una plataforma, para darle mas altura y que los cuidadores estuvieran mas cómodos. Una vez ahí, Toriel se puso ha encender aún más fuego mientras que Undyne y la propia Frisk le quitaban la húmeda ropa al esqueleto para secarla cerca del fuego. Ambas eran eficazmente rápidas en su labor, y no se ruborizaron en ningún momento. Cuando Papyrus argumentó una pequeña protesta, Undyne se rió de él

-¿Que pasa?¿Temes que se resienta nuestra delicada sensibilidad femenina?-añadió con una sonrisa y un guiño- para Frisk esto debe ser como una clase de biología

La niña rió en modo de afirmación. Durante los días siguientes en los cuales Sans seguía en el mismo estado Undyne se hizo cargo completamete, por las noches se le escuchaba tamborilear en la roca en la que se sentaba impaciente.  Undyne no era una tierna enfermera, no tenía paciencia con la debilidad. De había propuesto que Sans iba ha vivir y hacía cuanto estaba en su mano para obligarlo ha mejorar, de modo que se irritaba si el paciente no respondía a sus cuidados. En aquel momento decidió tomarse el asunto como una batalla personal y la expresión de su semblante se tornó tan inflexible y determinada que Papyrus y Frisk se preguntaron si incluso a la muerte no le amilanaría enfrentarse a ella.

Seguramente era así pues la lúgubre presencia se marchó tras una noche bastante inquieta.

A la mañana siguiente Undyne descansaba sobre su roca habitual cercana a donde descansaba Sans, con el brazo apoyado sobre esa plataforma y la cabeza sobre el antebrazo. Papyrus se acercó como todos los dias a su hermano, igual de preocupado que todos los días. Sin quererlo rozó el brazo de Undyne que con un grito de batalla se levantó y le agarró de la bufanda y con una mano retorció la prenda, en su otra mano centelleaba una lanza con los colores de la madrugada

-¡¡UNDYNE SOY YO!!-Graznó Papyrus medio estrangulado

Undyne lo miró fijamente, sin que en sus ojos brillara el más mínimo destello de reconocimiento. Después sus labios se entreabrieron en una sonrisa sesgada. Lo soltó y alisó las arrugas que le había dejado en la bufanda mientras la lanza desaparecía rápidamente, tanto que nadie vió dónde fue a parar.


-Me has asustado-Undyne empezó a reir estruendosamente, una risa de las suyas

-No me fastidies Undyne...TU NO SIENTES ESO-Papyrus se recolocó después él mismo la bufanda- el que tenía miedo era yo. Yo, el gran Papyrus...

-Undyne...como...vuelvas...ha tocar...a mi hermano...PASARAS UN MAL RATO

-¡¡SANS!!-Gritaron todos al ver al esqueleto incorporado y bastante lúcido


Estuvieron horas y horas contándole lo que les había pasado, compartiendo opiniones, risas... pero ante todo compartían felicidad. Sobre todo los dos hermanos. Sans pudo comprobar con sus propios ojos que Papyrus estava vivo. Y Papyus pudo comprobar que su hermano aún estaría mucho mas tiempo junto a él.

Undertale AU UnderPower ||Overpower||Where stories live. Discover now