Capitulo 16.

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Desperté sobresaltada ya que mi móvil comenzó a sonar, me que ataban llamando. Mire a Emily, que estaba durmiendo al lado de mi, por suerte no se había despertado. ¿¡A quien se le ocurre llamar a las cinco y media de la mañana!? A mi tío Marco.

- ¿Qué pasa? - respondí encerrándome en el baño para no despertarla.

- ¿¡Qué qué pasa!? ¡Tienes mucha suerte de que haya sido yo el que revisó las cámaras de seguridad hoy! - exclamaron desde el otro lado haciendo que yo frunciera el ceño. ¿Qué mosca le picó a mi tío Marco?

- No entiendo - hablé cruzándome de brazos.

- ¡Los cortes, Skyler, los cortes! - exclamó. Yo abrí mis ojos como platos - ¡Te vi los brazos llenos de cortes!

¡Mierda! ¿Cómo se me pudo olvidar ese detalle? ¡Qué estúpida soy! ¡Yo sabía perfectamente que había cámaras en todas las habitaciones, y aún así me dejaba al descubierto delante de ellas! Gracias al cielo que ayer cuando salimos al Starbucks me coloqué una chaqueta.

- ¡Contesta, Skyler! - exclamó trayéndome de vuelta a la realidad - ¿Me quieres explicar por qué demonios te cortaste? Mira, pase lo que pase, tú y yo sabemos que esa no es la solución a nada. Créeme, princesa, no sirve de nada. ¿Por qué lo hiciste? - preguntó. Yo suspire cerrando mis ojos.

- Por todo - aclaré - Odio mi vida, y cuando mi propio hermano me pego aquella paliza, me llamaba zorra, pasaba de mi, me gritaba, y cuando casi logra quitarme la vida, me dicen que tengo que volver a esa casa junto con esos chicos. Que eran mi peor pesadilla. Yo no aguanté y tuve que hacer eso - expliqué. Mi tío se quedó en silencio unos segundos.

- Se que tuvo que ser difícil volver, pero créeme que no podías quedarte aquí con nosotros - hizo otra pausa - Ya sabes, las giras, los conciertos... No estaríamos contigo casi nunca, y donde mejor podrías estar es con tu hermano y con tus primos. Ellos sí te podrían cuidar, pero en cambio, nosotros no.

- Tal vez. Pero lo que no logro entender, es que, después de que vosotros mismos, vierais lo que me hizo, y como me dejo, me mandarais de vuelta aquí. Puede que así no esté sola. Pero como se suele decir, prefiero estar sola que mal acompañada.

- Pero nosotros no podíamos permitir que te quedaras sola. Tú sabes lo sobre protectores que son tus tíos, me incluyo... - rodé los ojos recordándoles - Pero ese no es el punto. Te llamo para hablar de esos cortes, Sky.

- No sé que es lo que quieres oír - comencé a decir - No sé si quiere que te diga de nuevo el porqué, no sé si quieres que te diga con qué, no sé si quieres que te mienta y te diga que no lo volveré a hacer más... ¿Qué es lo que quieras que te diga?

No le quiero mentir. Yo, perfectamente, le puedo prometer que no voy a realizar más cortes sobre mis brazos. Pero ni siquiera yo misma lo sé. No sé si lo voy a hacer más veces. Es depende de cómo vayan las cosas a partir de ahora. Si yo me siento mal conmigo misma, necesito pagar por ello haciéndolo. Y no quiero mentirle a mi tío Marco, porque yo siempre le cuento todo. Él confía en mí, y yo en él.

- ¿Me estás queriendo decir que lo vas a seguir haciendo? - preguntó.

- No lo sé, Marco, no lo sé.

- Mira, cielo, es la primer vez que te veo algo así... Te doy tres oportunidades, ¿Está bien? Tres oportunidades más. Si te vuelvo a ver algo así por cuarta vez, no tendré otro remedio que contárselo a tus padres. Sabes que no es por chivarme, o por hacer que te lleves una bronca. Es por tu bien, por tu salud.

Suspiré. Sé que tiene razón, sé que esto es una de las peores cosas que puede hacer uno consigo mismo. Sé que esto me puede llevar a una depresión, si es que ya no estoy en ella. Pero, ¿Acaso la gente piensa que nos gusta hacer esto? No, claro que no nos gusta, ¡Es una forma de castigarnos a nosotros mismos! ¿Cómo nos va a gustar?

¿Podré con tanta sobreprotección?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora