Capitulo 38.

11.2K 781 375
                                    


SKYLER POV.

– Si, era virgen – respondí un poco avergonzada por su pregunta. ¿Qué le importa si lo era o no? – ¿Las preguntas que va a hacerme son todas así? – pregunté deseando que la respuesta fuera un no.

– Señorita Anderson, esto es un interrogatorio acerca de lo que sucedió y acerca de cómo estaba usted. Van a haber preguntas de todo tipo, así que por favor, guarde calma, ¿bien? – me respondió el doctor alzando ambas cejas. Yo, simplemente suspiré y de nuevo dejé caer mi peso sobre el respaldo del sillón – Continuemos... ¿Qué relación guardaba usted con su primo Dylan? – preguntó y yo bufé mirando hacia otro lado – Señorita Anderson, yo, aparte de ser médico, tengo un licenciado en psicología, por eso soy uno de los mejores doctores que te pueden ayudar, pero para eso necesito que respondas.

– Mala, mala relación – respondí en un suspiro haciendo callar al doctor – Mire, me han contado que mis familiares y amigos llevan bastantes horas aquí. Es imposible que en todo ese tiempo no le hayan contado nada, y me parece una estupidez que me pregunte cosas que ya sepa – dije frustrada mientras que el doctor Paul no dejaba de apuntar cosas en unos papeles – ¿Qué está apuntando si no le he respondido?

– Señorita Anderson, ahora no le estoy hablando como doctor, sino como psicólogo. Aunque sepa las respuestas, necesito que me las digas tú. Es mi trabajo, así que cuanto antes respondas, antes se terminará todo esto – contestó colocando ambos codos sobre sus piernas – ¿Por qué guardaba una mala relación con su familiar?

– Pues, por donde empezar... – alargué volviendo a suspirar – Dylan me trataba fatal. Me golpeaba, me gritaba, me obligaba a hacer cosas que yo no quería o me prohibía hacer otras. Desde hace muchos años es así. Me había amenazado anteriormente con violarme, y finalmente lo hizo, ¿qué más quiere saber? – respondí cortante sintiendo mis ojos aguarse. No me gusta hablar de este tema.

– Me gustaría saber por qué era así contigo – respondió simple.

– Que se yo – me encogí de hombros en lo que secaba rápidamente una lagrima que se me había escapado – Si lo supiera hubiera tratado de evitarlo. Usted no sabe todas las veces que dijo que cambiaría. Y que yo me creí. Pero eso nunca pasó.

Y cada vez que eso pasaba, me hacía más daño. Pero eso es algo que no le diré al doctor Paul. Él no dejaba de escribir cosas en sus papeles, y me estaba poniendo cada vez más nerviosa, porque aunque yo no hablase, él no dejaba de escribir. Y cada vez me inquietaba más que no dejará de llamarme Señorita Anderson.

– Bien... ¿Y qué fue lo que sintió cuando su primo Dylan le estaba violando? ¿Le dolió? ¿Aún le duele? – preguntó y rodé los ojos. ¿Cómo diablos cree que me sentía?

– Es una pregunta estúpida, claro que me dolió y por supuesto que me sigue doliendo – respondí obvia respirando profundamente – Y por si lo va a preguntar también, si lloré, y bastante. También grité lo más fuerte que pude, pero nadie me escuchó. Si también le interesa, lo estuvo haciendo durante más de una hora. No, no le importaron los cortes en mis muñecas y tampoco le importó todas las veces que le pedí que no lo hiciera. Ahora, ¿podemos pasar a otro tema, por favor? – respondí rápidamente tratando de no ponerme a llorar en cualquier momento.

– De acuerdo... – alargó sin expresión alguna apuntando todo lo que acabo de decir y más – Si este tema le incomoda, entonces hábleme de los cortes. Señorita Anderson, ¿por qué se hacía daño a sí misma de esa manera? ¿No cree que hubiera sido mejor hablarlo con alguien? No lo sé, algún familiar o amigo íntimo – comentó haciendo gestos con sus manos para explicarse mejor.

¿Podré con tanta sobreprotección?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora