Impedimenta

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Ese día los alumnos de sexto tenían examen de pociones y encantamientos, mientras que los de séptimo debían rendir los E.X.T.A.S.I.S de D.C.A.O.

Al atardecer, libres de exámenes, Alaric e Isadora se encontraban cerca puente del castillo, debatiendo las preguntas y respuestas sobre los ingredientes del Veritaserum. Al notar que no coincidían en la mitad de las respuestas, Alaric consideró seriamente haber desaprobado.

- Creo cursarás pociones sin mí el año que viene. – Isadora había olvidado contarle de su mudanza.

- La cursaré sola apruebes o no – comentó – Ya decidí que haré el año que viene.

- Te irás – afirmó con decepción - ¿Tiene algo que ver con que tus otros amigos se van?, Porque yo también te extrañaré y me quedaré aquí.

Se produjo un silencio incómodo, Isadora fijo su vista en el lago que se veía a unos cuantos metros, apretó los párpados, suponiendo que su amigo trataría de convencerla de quedarse, como si no estuviese lo suficientemente confundida e indecisa ya. En lugar de eso Alaric se acercó a ella, la tomó por la cintura y acercando su boca a la de ella, le plantó un beso que ella no correspondió. El muchacho se apartó mirando en dirección al castillo. Al imitar su acción, Isadora se encontró con el rostro de Sirius, blanco como el papel. Alaric carraspeó, algo nervioso.

- Siento interrumpir... buscaba a James – mintió y girándose sobre sus talones desapareció. Su amiga susurró el nombre del muchacho en una voz casi inaudible, pero ya se había ido. Sabía perfectamente que no era a James a quién buscaba, ya que Sirius llevaba el reloj-brújula en su mano. Inmediatamente se percató de que Alaric seguía a su lado.

- Ric...

- Lo siento – Se adelantó – Fue estúpido, pero ahora ya sabes lo que me pasa... - Las palabras se le atropellaban al salir de su boca.

- Ric, tranquilo – pidió ella – Podemos olvidarnos de esto si quieres, pero no puedo decir que me suceda lo mismo contigo... Lo siento - sonrió algo apenada. - ¿Amigos? – él dudo unos segundos antes de responder.

- Amigos – afirmó con las mejillas aún fuertemente enrojecidas. – Debo suponer que ya no querrás acompañarme el viernes...

- ¡No veo por qué no!, somos amigos, eso no cambia – lo animó dándole un golpecito en el hombro. Pero el hecho es que se sentía cada vez más incómoda con la idea, y si reprimió el impulso de aceptar la invitación de Sirius fue por no herir aún más a Ric.

Isadora tenía la certeza de que Sirius no buscaba a James cuando se topó con ella y Alaric. Pensó que tenía que ver con eso que él quería decirle y la intriga la embargaba. También sintió la extraña necesidad de aclararle lo que fuera que hubiese sucedido esa tarde, incuso aunque sabía que no le debía explicaciones a nadie. Intentó encontrar un momento en el cual pudiese hablar con Sirius, pero todos esos días de exámenes no le dieron mucho tiempo libre y cuando ella disponía de algún rato, él no.

Finalmente, luego del último examen lo alcanzó en las escaleras del cuarto piso, caminando con su aire típicamente elegante pero también algo melancólico y decaído, como había estado desde hacía varios días.

- ¡Sirius! – lo llamó, e inmediatamente él se dio la vuelta. – Necesito hablar contigo.

- Sky... ¿Sobre qué? - inquirió con desgano.

- No lo sé – el arrugó la frente en señal de confusión – Se supone que deberías decírmelo tú. ¿Recuerdas?

- Ah, claro – dijo algo dubitativo – No era nada importante, fue hace varios días... - respondió poco convencido.

- ¿Seguro? – insistió ella - ¿Ibas a contármelo cuando estaba con Ric el otro día?

- No lo sé, tal vez, ya no tiene importancia – Determinó. Aunque ella de todos modos quería saber de qué se trataba no insistió al respecto.

- Sobre lo del otro día...

- Oye, está bien, no necesitas decirme nada – interrumpió él con voz desganada - ¿Cómo te fue en trasformaciones? – preguntó para cambiar de tema mientras bajaban las escaleras en dirección al vestíbulo.

- Tan bien como se espera que le vaya a un animago – Dijo sonriendo, y él correspondió de la misma forma. - ¿Cómo sabes cuál me tocaba hoy?

- Tengo contactos – dijo Sirius haciéndose el importante, Isadora rodó los ojos divertida, pues le gustaba verlo de buen humor nuevamente, aunque minutos después, al llegar al Gran Comedor para la cena, él volvió a su estado anterior.


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Próximo capítulo: Evanesco

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Sirius Black: el velo de la muerte¹Where stories live. Discover now