Crucio

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24 de junio 1995

Despertó esa noche al escuchar un fuerte <crack> en la sala de estar. Tomó la varita de la mesa de luz y sin encender luces se levantó de la cama con la intención de descubrir quien había ocasionado el ruido. No tuvo que ni salir de su habitación, Sirius ya entraba llevándose todo por delante y llamando también a Remus con voz fuerte y ronca.

- ¡Ambos levántense, es urgente!

- ¡Sirius!, ¿Qué haces aquí?, es peligroso... - comenzó a protestar Isadora

- ¿Qué sucede? – dijo Remus con voz de sueño – Sirius...

- Voldemort... Voldemort ha vuelto – informó sin preámbulos, mientras iluminaba el recinto – asesinó a un alumno de Hogwarts, se enfrentó a Harry y... - Isadora y Remus dieron un grito ahogado – él está bien – aclaró – Dumbledore me envió a avisar. Hay que reunir a la Orden.

- Voy contigo – dijo Isadora revolviendo su armario sin buscar nada en particular, sólo para mantenerse ocupada mientras pensaba.

- No, no, escúchame. Tienes que ir al ministerio, ayuda a Arthur Weasley, ¿sabes quién es? – ella asintió – necesitamos gente dentro del ministerio, él va a tratar de reunir a quienes pueda.

- Fudge sabe de esto, ¿Por qué tendría que...

- No, Fudge lo va a ocultar, estamos solos – interrumpió Sirius – Él no puede saber que buscamos gente. Remus, tú ven conmigo, hay que avisar al antiguo grupo.

- Sirius, ¿Qué van a decir cuando tú te aparezcas en sus casas? – preguntó Remus – aún te están buscando.

- Lo sabremos en cuánto lleguemos allí – respondió Sirius para luego volverse hacia Isadora – Cariño, tú tienes la llave de Grimmauld Place, llévasela a Dumbledore.

Sirius daba instrucciones apresuradamente pasando por alto completamente el hecho de que se había aparecido en medio de la madrugada luego de varios meses de no saber casi nada de él, y con la peor noticia posible.

Remus e Isadora lo observaban atónitos, sin poder formar siquiera una oración más; alternaban entre mirarse ellos y luego a Sirius.

- ¿Tú que harás?, van a encontrarte, Sirius... - murmuró Isadora con voz queda. Sacó el armario una enorme pila de ropa y una bata de baño entregándosela a Sirius.

- Gracias, creo que me urge un cambio de atuendo – admitió él – Y en cuanto a mí, no tienes que preocuparte. Dumbledore me pidió que me quede en Grimmauld Place – agregó con amargura – creo que prefiero la cueva de Hogsmeade antes que esa condenada casa, pero al menos allí jamás me encontraran; van a esconder la casa con el encantamiento Fidelio, y Dumbledore va a ser el guardián.

- ¿Alguien te vio entrar aquí? – preguntó Remus.

- Puede que hayan visto un perro merodeando por aquí... sólo eso, de todos modos, es demasiado temprano, no hay nadie en la calle. – Isadora alzó la varita.

- Muffliato... sólo por si acaso – aclaró encogiéndose de hombros

Sirius dejó a Isadora y Remus aturdidos de información y entró al cuarto de baño. Unos segundos más tarde podía escucharse el rumor del agua de la ducha al caer.

- Oye... Isa – Isadora sacudió a cabeza cuando Remus agitó sus manos frente a ella - ¿Estás bien? – preguntó tendiéndole una taza con té de limón y menta.

- ¿Crees que deba decirles a Allie y Tonks? Ya sabes, sobre Sirius y todo esto de Voldemort...

- Bueno, son algo así como tus amigas ¿no?

- ¿Algo así?

- Considerando que les estas ocultando casi todo sobre tu vida... sí. Creo que no nos vendrían mal más personas en la Orden, no somos muchos por ahora.

- Esperemos que no huyan a contarle a Fudge en cuanto les diga...

- No seas pesimista, no creo que sean de ese tipo, en ese caso no se llevarían muy bien contigo.

- Veré que puedo hacer... - respondió poco convencida; echó una mirada al pasillo que daba al baño y luego murmuró - ¿Y qué hay de Sirius?

- ¿Qué con él?

- ¡No puede andar paseándose por ahí!

- Nadie pudo atraparlo en todo este tiempo, va a estar bien – dijo Remus tratando – ve con Dumbledore y cuanto antes escondan la casa, antes estará a salvo. – Isadora asintió y poniéndose de pie comenzó a examinar un mueble de madera y mármol, hasta hallar un llavero; en éste se encontraban las llaves de esa casa, la de su bóveda de Gringotts, la bóveda de Sirius, y, finalmente, la llave de Grimmauld Place; ésta última tenía, predeciblemente, una serpiente enroscada en la cabeza.

Isadora utilizó un hechizo convocador para alcanzar su varita, bebió el último sorbo de té mientras caminaba con paso decidido por la habitación, la cual ya comenzaba a aclararse con la luz anaranjada del sol del amanecer. Estaba lista para marcharse cuando Sirius apareció en la habitación nuevamente. Isadora parpadeó varias veces tratando de acostumbrarse a lo que veía; tenía el cabello bastante más corto que antes, la barba prolijamente recortada y su ropa ya no eran harapos; llevaba chaleco y un saco morado de terciopelo, junto con camisa y pantalón de vestir.

- Tú sí que no tienes punto medio – comentó Remus.

- Fue lo primero que encontré – respondió Sirius fingiendo modestia.

- Ajá, con que este es un atuendo casual...

- Es que no quería deslumbrarlos tanto, imagina el escándalo – Isadora negó con la cabeza mientras sonreía.

Remus fue el primero en adelantarse hacia la puerta principal para cumplir con su tarea; pero Sirius en lugar de seguirlo se detuvo frente a Isadora examinando su expresión.

- No tienes que preocuparte por mí – dijo acariciándole la mejilla – Volveremos a vernos mucho antes de lo que crees. Sólo ten cuidado, ¿Sí? – Isadora asintió por respuesta y Sirius se despidió un beso en los labios antes de marcharse.

Una vez que se quedó sola su mente comenzó a trabajar sobre todo lo que había escuchado esa mañana. Todo le parecía irreal, incluso la propia percepción en tiempo y espacio. El regreso de Voldemort la había remontado a quince años atrás, a la antigua Orden del Fénix, a James y Lily peleando junto a ella. Un desolador vacío ganó lugar en su pecho al pensar en ellos, pero en lugar de quedarse allí lamentando lo ocurrido decidió cumplir con lo suyo, hacer algo. Guardó la llave de Grimmauld Place en el bolsillo de su falda y se desapareció con dirección a Hogwarts.

Sirius Black: el velo de la muerte¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora