Vulnera Sanentur

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En un abrir y cerrar de ojos había comenzado.

Los mortífagos se elevaron del suelo como humo negro espeso y volaron en dirección al castillo incendiando todo a su paso; y los gigantes arremetieron contra las estatuas vivientes.

Minerva McGonagall ordenó a los gritos que entraran todos al castillo para esquivar el fuego; algunos intentaron descender el rastrillo de la entrada pero no lograron cruzar la puerta y las llamas los consumieron, otros se quedaron combatiendo en el patio principal.

- ¡Cuidado! – exclamó Allie echándose hacia atrás.

Los gigantes habían llegado a la entrada y rompían las paredes con mazos tan altos como los muros que derribaban.

Los mortífagos y carroñeros ya estaban sobre ellos, lanzando maldiciones de todo tipo.

Cuatro de estos rodearon a Isadora y otros tantos a sus amigos.

- ¡Crucio! – exclamó uno de ellos. Isadora logró esquivar el hechizo, alzó la varita y con un movimiento lo expulsó hacia las llamas.

- Avada Kedavra – dijo atacando a los otros, de los cuales uno huyó y dos murieron.

- ¡No veo a Sirius! – dijo Isadora - ¡Estaba afuera con los demás y no lo vi entrar!

- Debe estar aún allí, vamos, tenemos que entrar – dijo Allie tironeándole de la mano - ¡Protego!

El conjuro de Allie no fue lo suficientemente fuerte para detener por completo el del mortífago y, aunque debilitado, le asestó en la mitad de la cara.

- ¡No! – exclamó la bruja asustada.

Isadora apuntó al mortífago con la varita, el cuello le giró sobre sí mismo produciendo un chasquido y el mago cayó al suelo.

- ¿Allie, estás bien? – preguntó Isadora queriendo guiarla hasta la escalera; pero la chica parecía horrorizada y al mismo tiempo perpleja con lo que la había visto hacer.

- No... no puedo ver de este lado – dijo finalmente con la voz temblorosa – pero puedo seguir.

En el patio principal de Hogwarts las luces de todos los colores provenientes de miles de varitas estallaban en los oponentes e iluminaban la noche. Isadora y Allie esquivaban gigantes y acromántulas mientras lanzaban hechizos a todos los mortífagos que veían.

Abriéndose paso entre la gente lograron llegar al primer piso, éste rebalsaba de alumnos de Hogwarts que se batían a duelo de a dos o tres contra los mortífagos. Ric se les unió de nuevo, Isadora no se había dado cuenta que se había separado de ellas hasta que lo vio regresar salpicado de tierra y sangre con el cabello rubio oscurecido por la suciedad.

Llegaron al segundo piso, allí se encontraron a Arthur Weasley peleando contra dos mortífagos junto a Bill Weasley y a la derecha de éste último estaba Sirius, ocupado con tres carroñeros.

- Sectumsempra – dijo ella apuntándoles con la varita. Ninguno de los tres la vio llegar, pues estaban abrumados por los hechizos que Sirius les lanzaba y apenas los resistían. – estás herido – dijo a Sirius, cuyo antebrazo izquierdo goteaba sangre y manchaba el suelo, y la manga de su chaqueta estaba tan empapada que se le pegaba a la piel.

- No es nada – respondió él, alzando la varita con la otra mano.

De pronto ambos bandos fueron desestabilizados por un temblor que afectó todo el castillo, un ala entera con todos sus pisos se derrumbó dejando a la vista el cielo nocturno e Isadora pudo ver como los escombros se llevaban consigo una docena de personas sin distinción entre buenos y malos.

Sirius Black: el velo de la muerte¹Where stories live. Discover now