Salvio Hexia

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Habían pasado algunos días desde el ataque a la madriguera y la caída del Ministerio. La cantidad de magos que optaban por ocultarse y dejar sus puestos aumentaba cada día.

Kingsley fue la única persona que apareció en casa de los Black a llevar información al día siguiente del ataque. Todos quienes habían sido atrapados en la boda y los anfitriones fueron interrogados. Los Weasley eran una familia demasiado grande, motivo por era difícil ocultar a esa cantidad de gente. Todos ellos seguían adelante con sus vidas, con la mayor discreción posible y protegidos por su status de sangre pura.

Allie Morgan, hija de muggles, se vio obligada a abandonar su trabajo en el ministerio y por ende gran parte de su misión dentro de la Orden. Ric continuó yendo, aunque era arriesgado para los mestizos, pues debías poseer pruebas de tener familiares magos para no ser considerado (por más ridículo que se oyera) un ladrón del secreto mágico. Isadora no quería ni pensar qué hubiese sido de ella y su familia en caso de no haber podido irse a tiempo. Recordó a Remus obligándola a irse y desapareciendo con ella. Desde ese día que no había vuelto a verlo, pero tal vez era mejor ser discretos, no arriesgarse. Además él tenía que estar con Tonks.

Y Harry... bueno, nadie sabía nada de Harry, pero eso era bueno, quería decir que Voldemort no había dado con él. Todo seguiría bien siempre y cuando no hubiese noticias de él.

Isadora dio el último sorbo a su té de limón, frotó su vientre y dejó la taza sobre la mesada. Ya era tarde en la noche.

De pronto se oyó un ruido a cosas rotas en la puerta trasera. Isadora alzó la varita por instinto.

En cuanto vio a Tonks cruzando el umbral la volvió a bajar. Tenía los ojos rojos e hinchados y llevaba un pañuelo húmedo en la mano.

- ¡Se fue! – exclamó con voz aguda y temblorosa. Pero en seguida vio a Isadora y comenzó a disculparse por su entrada por la hora que era.

Isadora no dijo nada y la abrazó, esperando que Tonks siguiera explicando.

- Remus... se fue de la casa. ¡No volverá, estoy segura!

- ¿Qué dices? ¿Por qué se fue? – preguntó Isadora. Sirius que bajaba la escalera a toda velocidad frenó en el último escalón.

- ¿Ahora mismo?

- Hace una hora tal vez, no lo sé. Mamá estaba en casa, pero está furiosa con él y dice cualquier cosa así que me fui.

- ¿Cómo sucedió todo esto? – volvió a decir Isadora.

- Pensé que todo iba a mejorar desde el día de la boda, pero todo lo contrario, y Remus estaba cada día más extraño. Dijo que todo esto era un error, que lo sentía muchísimo y que era su culpa. – se tomó un momento para sonarse la nariz – luego algo de que él nos convertiría a mí y al niño en marginados por su condición... y que mejor si él no estaba con nosotros, así el niño no tendría de quién avergonzarse... - Tonks dejo de hablar para darle lugar al llanto. Isadora miró a Sirius, que tenía el rostro congestionado por la ira.

- ¡Ese idiota! – dijo con la voz parecida a un gruñido - ¡Ah, pero me va a oír!

- Ni siquiera sabes dónde está – señaló Tonks con timidez, pero Sirius tomó su abrigo y se fue antes de que ella terminara la oración.

Isadora le ofreció a Tonks un té y su propia cama para que durmieran ambas hasta que Sirius regresara, en el mejor de los casos, con Remus; y luego esperó a que Tonks conciliara el sueño (muy entrada la madrugada) para poder dormir ella también.

Ya había amanecido, pero el día estaba igual de gris que casi siempre, por lo cual no fue el sol el que despertó a Isadora, sino la claridad grisácea de las nubes.

Tonks seguía dormida a su lado, con las lágrimas secas en las mejillas que dibujaban un camino irregular hasta el mentón.

La bruja bajó las escaleras hasta la planta baja y allí estaba Sirius, por la cara que tenía Isadora supuso que había tenido una pelea bastante importante la noche anterior.

- ¿Pasaste toda la noche despierto? – preguntó Isadora al tiempo que lo saludaba con un corto beso en los labios.

- Dormí en la cama de Harry, tal vez una hora o menos.

- ¿Lo encontraste?

- Claro que lo encontré – dijo Sirius aun con un dejo de disgusto – le dije muchas cosas.

Isadora suspiró sin aprobar del todo lo que Sirius decía.

- ¿Funcionó al menos?

- Dijo que iría a casa de Tonks, pero no sé si hoy o dentro de un año – respondió con resignación – deberíamos decirle, no vaya a ser cosa que no la encuentre y se acobarde.

Sirius volteó hacía la puerta e Isadora lo imitó.

- No estaba en su casa, así que supuse que había pasado la noche aquí – explicó Remus, de pie bajo el umbral de la cocina y en sus peores fachas. Sirius parecía incapaz de responder e Isadora decidió que ya habían sido suficientes los sermones y que lo que ella agregara no aportaría nada nuevo.

- Me alegra que hayas vuelto – dijo finalmente. 

Partes restantes: 

Sectumsempra
Vulnera sanentur
Expecto patronum
Epílogo

Buenas!, espero que hayan disfrutado del maratón, estos capítulos los agregué a ultimo momento porque sino uno solo hubiese quedado muy largo. Quería incluir un poco de la historia de Remus y Tonks para que no quedara en el aire y el resto ustedes ya la conocen ♥

Como siempre gracias por sus votos y sus comentarios, me encantan. 

Hubiese querido subir el final hoy, pero sólo me falta escribir Sectumsempra  💔

Sirius Black: el velo de la muerte¹Where stories live. Discover now