eighty five.

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eighty five.

luke estuvo revisando su celular todo el día, y realmente se alarmó al llegar a casa y encontrarla vacía. llevó a melody hasta su habitación y le leyó un cuento. la niña se durmió antes de que su padre terminara la historia y el rubio se quedó con ella una rato, chequeando su celular a cada nada para ver si conseguía noticias de su esposo, más no fue así. 

intentó llamarlo una vez más, pero lo único que pudo escuchar fue la contestadora, otra vez.

se levantó y fue hacia su recámara, se lanzó en su cama y bufó. estaba preocupado, un poco enojado, cansado, y cuando se decidió por salir a buscar a michael, se topó con su figura subiendo las escaleras a paso lento. 

esperó a que éste terminara de hace su camino escaleras arriba, y entonces lo abordó.

"¿¡dónde carajos estabas!?" susurró, a la vez que abrazaba al más bajito. "te dije que me mantuvieras al tanto, ¿era muy difícil mandarme un texto? ¡me tenías preocupado!" deshizo el abrazo. "iba a ira buscarte, maldición." besó los labios de michael, y éste le devolvió el beso sin muchas ganas. "sabes a alcohol." el rubio pasó su lengua sobre sus labios repetidas veces, frunciendo el ceño. "¿por qué estabas bebiendo? mike, ¿qué pasó?"

el pelirrojo pasó una de sus manos por su cabello y suspiró.

"¿po-podemos hablarlo después? honestamente, en este momento sólo me apetece dormir."

"si, pero, ¿estás bien?" 

"si, luke, estoy bien." y comenzó a caminar para entrar a su habitación, dejando al rubio en el pasillo, completamente confundido y solo, tratando de descifrar la situación y sabiendo que michael no estaba bien.

-

último por ahora.

las adoro shikillas.

oh, melody... mgc+lrhWhere stories live. Discover now