one hundred twenty two

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one hundred twenty two.

el rubio, en ese momento, sólo estaba completamete seguro de dos cosas: no soportaba estar por mucho tiempo en el mismo lugar que michael, y la habitación de huéspedes nunca se había sentido tan bien. en otras ocasiones habría odiado dormir solo en su propia casa, pero ésta vez era diferente.

aunque le costó un poco conciliar el sueño, cuando lo hizo cayó como una roca al fondo del océano.

al despertar, lo hizo por el ruido que había en la casa. se asomó por la puerta, con el ceño fruncido, y salió del cuarto lentamente.

"melody, no. deja eso." la voz de un michael impaciente rompía el silencio. "¡melody!" le escuchó gritar.

aceleró el paso y se encontró con el pelirrojo y su hija en la sala de música. el chico estaba sentado en el suelo con su guitarra y la niña rayaba unos papeles.

"¡no!" el oji-verde volvió a gritar, exasperado, y la pequeña soltó los crayones.

sus ojitos se cristalizaron.

"¿qué coños te pasa?" intervino con tono fuerte, claramente hablándole a michael. "¡no le grites sólo por hacer cosas de niños!"

"¡eso contenía algo importante!" señaló los papeles, que ahora tenían líneas de colores fuertes por doquier.

"me importa una mierda, michael." se acercó a melody, secando sus mejillas y tomando su mano. "si sigues así, vas a arruinar algo más que nuestro matrimonio." y se fue junto a su pequeña.

"¡joder!"

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adivinen quién terminó parciales el viernes y no sabe qué hacer con su vida xq su cerebro se fundió de tanto estudiar, yep, that's me.

oh, melody... mgc+lrhWhere stories live. Discover now