9. Un poco menos de un año

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Giro la cabeza y contemplo a la castaña que está recargada en mi hombro

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Giro la cabeza y contemplo a la castaña que está recargada en mi hombro. Se ha quedado dormida desde casi que llegamos. A noche no ha podido dormir nada.

Al regresar de nuestra cita, me ha contó que James estaba ahí y que la forma en la que la miraba le había causado escalofríos. No me ha dicho el porqué, sólo me pidió que la acompañara a hablar con él esta mañana. No la contradije y acepté ir con ella. Si se iba a despedir de él, necesitaba un apoyo incondicional y eso es lo que yo quiero ser para ella. 

Como le dije en México, yo sé lo que es tener un corazón roto; sé lo que es amar a alguien y que esa persona no te ame de vuelta. No podía impedírselo, si hubiese sido Claudia la que se hubiera vuelto a aparecer, me encantaríahacer lo mismo; dejar las cosas claras y decirle que tengo a mi lado a la persona que solamente puede hacerme feliz.

Mi celular vibra en el bolsillo, lo cojo y atiendo en un susurro la llamada. No quiero que Camille abra los ojos. Está agotada.

—Hola —contesto—. ¿Qué pasa?

—Hola, hermano. Te llamo para informarte que a mamá le ha dado otra crisis —agrega Tyler con voz preocupada. Mi corazón se detiene por un minuto, si mamá está mal y yo no estoy ahí... no me lo perdonaría nunca—. Está bien, la enfermera la ha estabilizado, pero te he marcado porque creo que es tiempo de que regreses.

Suelto un suspiro.

—Estamos esperando el vuelo, llegaremos en unas cuantas horas —respondo un poco cabizbajo—. Te prometo que en cuanto llegue, me quedaré con ella.

—Eso espero —Suspira—. No ha dejado de preguntar por ti, Josh.

Camille se remueve entre mis brazos.

—Tengo que colgar —musito a mi hermano—. Pero te prometo que en cuanto lleguemos iremos.

Tyler resopla.

—No hace falta que te quedes, ya la han calmado, pero sería bueno si pasas a verla. Te extraña mucho.

—Estaremos ahí, lo prometo.

Cuelgo y guardo de nuevo el aparato, al hacerlo, mi princesa abre los ojos. Se separa de mí y me regala una sonrisa adormilada.

—¿Cuánto tiempo llevo dormida? —cuestiona, mientras talla sus pesados parpados.

—No más de media hora.

Ella se encoje de hombros.

La voz de una mujer hace que nos preparemos para tomar nuestro vuelo, así que eso hacemos. 

En el proceso de abordar, me quedo un poco rezagado ya que soy yo quien lleva todas las maletas. Camille sigue un poco adolorida y no puede hacer esfuerzos. Se ofrece a ayudarme con una, pero le digo que no. No me importa cargar todo con tal de que ella no se lastime. Su salud es más importante. 

Cuando eras mía©Where stories live. Discover now