26. Tenemos que hablar

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Entro en la casa blanca y me dirijo directamente hacia el refrigerador

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Entro en la casa blanca y me dirijo directamente hacia el refrigerador. Estoy seguro de que Tyler ha comprado cerveza. Eso es clásico de él.

Destapo la lata y doy un largo trago. Sé que una no me hará olvidar a Camille, pero al menos me distraerá un rato. Ya no tolero el vacío en el centro del pecho. Saber que me he enojado con mi princesa me está carcomiendo entero. Si supiera que no es orgullosa iría por ella y la llevaría a la playa que tanto nos gusta para reconciliarnos haciendo el amor, pero la conozco. Eso no funcionaría con alguien como Camille.

Supuse que había pegado cada uno de los pedazos de su interior, pero me equivoqué. 

—¿Y a ti qué mosco te picó? —Escucho la puerta abrirse, dejando mostrar a un Tyler radiante. No respondo sólo lo miro fijamente—. ¿Se trata acerca de mamá? —pregunta cambiando su tono de voz.

Niego rápidamente. No quiero pensar en eso en este momento. Si algo le pasara a mi madre justamente ahora, me moriría por completo.

—Mamá está bien —agrego—. No es nada. Sólo estoy algo agotado, no he pasado una buena noche. 

No es del todo mentira, a noche no he dormido nada. La mayor parte de la madrugada me concentré en analizar nuestra situación y en llorar. No pude evitarlo. Mis lágrimas no tardan en salir si mi preciosa está involucrada, pero la verdad es que no me pesa hacerlo. Se trata de la persona que más quiero en este maldito mundo. 

 Tuerce el gesto y se encamina hasta donde estoy, toma asiento a un costado y me mira con el ceño fruncido, alcanza el comando de la televisión y la apaga.  

—¡Hey! —protesto—. Estaba viendo eso.

—Por favor, no lo hacías. Sólo ocupabas el sonido como fondo. Siempre que te sucede algo, haces la misma cosa.

—Estoy bien, ¡joder! —musito, irritado.

—No, no lo estás —Señala mis ojos con su indice—. ¿Qué te ha hecho Camille?

—Nada, sólo hemos discutido por una tontería. 

—Hermano. Eso puedes decircelo a André o a mamá, pero a mí no. Yo fui él que estuvo contigo cuando sucedió lo de Claudia, reconozco a simple vista que tienes el corazón partido. Tus ojos están un poco rojos y tienes unas ojeras preocupantes—Suspira—. Estás bebiendo cerveza y ves el partido del equipo que detestas.

—¿Los red sox estaban jugando? —cuestiono.

Tyler asienta, mientras se revuelve el cabello con frustración. 

Sí, en definitiva él y yo somos hermanos.

—¿Quieres contarme qué es lo que ocurrió?

Doy un trago más a mi bebida y prosigo a decirle absolutamente todo. Desde que Camille se ha dado la oportunidad de tener una amistad con James, y como cambia constantemente cuando él está cerca. También le hablo acerca de que he tratado de conseguir su perdón por mi comportamiento en su estudio, pero ella me rechazó fríamente, como si no le importase en absoluto. Menciono que André me ha prometido hablar con ella y hacerla entrar en razón.

Cuando eras mía©Where stories live. Discover now