Secuela de "Cuando era tuya", para poder leerla tendrás que haber leído el primer libro.
Dicen que el primer amor nunca se olvida; dicen que donde hubo fuego cenizas quedan, pero Camille está convencida de que ha olvidado a James Scott, el hombre...
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De acuerdo.
Me he equivocado. No era el momento de decirle eso a Josh.
¡Pero vamos! Sus ojos me gritaban lo que estaba pensando. No puedo dejar que se ilusione con algún día casarnos. Por supuesto que me encantaría pasar toda a vida a su lado, pero... ¡Joder! No quiero casarme con él, ni con nadie.
Se tiene que olvidar de eso si planea tener un futuro bastante largo conmigo.
Enarco una forzada sonrisa y abrazo con cariño a Adeline.
—Te dije que André te sorprendería —comento, mientras la rodeo con mis brazos. Suelta una sonrisa nerviosa.
—Sí, pero no creí que fuese a ocurrir tan pronto —musita, al separarse de mí.
—Adeline, André se moría por pedirte matrimonio. Sólo basta con ver como te mira —Toco su hombro de forma amistosa.
Adeline se esconde entre su gabardina color carmesí y agrega lo siguiente:
—Lo mismo digo de ti y de Josh. Te mira como si fueras su todo.
Suspiro.
—No quiero casarme.
Entrelaza nuestras manos y me mira comprensiva. Sé que no le agrada la idea, pero me entiende, y eso es lo que admiro de ella. No me juzga, sólo se dedica a escucharme y a apoyarme cuando lo necesito.
Mi estomago da un brinco cuando veo que Josh y André regresan de ir a agradecer a los chicos que trabajan con ellos. No quiero verlo o me pondré a llorar. Por eso he salido huyendo en cuanto pronuncié las palabras que en verdad no sentía.
Por favor, ¿a quién no le gustaría pasar toda una vida al lado de Josh Rivers?
Josh pasa justo a mi lado, sin embargo me ignora por completo y abraza a la prometida de nuestro mejor amigo.
André contempla la escena y enarca una ceja. Me encojo de hombros. No tengo nada que decir al respecto, Josh se ha enojado conmigo y yo soy la única responsable.
—¿Qué? ¿Acaso no me felicitarás? —pregunta, sonriendo.
Salgo corriendo a sus brazos y con una sonrisa sincera lo felicito.
—No sabes lo feliz que me siento por ustedes. No pudiste encontrar a una chica mejor.
Me mira con melancolía.
Imagino que está recordando todo lo que tuvo que pasar conmigo para llegar a este final.
—En realidad, tienes razón —murmura—. Me he sacado la lotería con Adeline. Es la mujer más maravillosa del mundo —Señala a la pelinegra que está con mi amor.
Frunzo el ceño al ver que unas chicas están con la pareja de amigos. No me molesta que otra gente se acerca a la escena. Lo que me fastidia es que una rubia está intentando ligar con Josh, y él muy encantado le sonríe.
