29. La mejor reconciliación de todas

2.8K 249 44
                                    

Acaba de decir que lo pensará

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Acaba de decir que lo pensará. 

Pensará casarse conmigo. 

Si no supiera que Camille está a punto de sufrir un ataque nervioso por la altura, me levantaría y comenzaría a bailar aquí mismo. 

¡Mi princesa me dará una oportunidad! 

Decido bajar de la barandilla y ayudarla. Al tocar el piso de cemento, la rodeo con mis brazos. 

—Baila conmigo —musito. 

—Siempre. 

Su respuesta me hace sonreír. La llevo al centro del lugar y nos ponemos en posición para empezar con nuestros tan acostumbrados pasos. Pega su rostro en mi hombro. Ese acto me causa un escalofrío. Puedo sentir su respiración contra mi cuello.

Joder, cuanto la amo.

Camille se ha convertido en mi vida. En mi vida entera. 

Bésame...bésame mucho —empiezo a cantar nuestra canción—. Que tengo miedo a perderte...perderte después..

 Levanta su rostro y me mira con ternura. Cada vez que me ve de esa forma tengo ganas de congelar el tiempo para admirarla para siempre. 

Sus manos suben hasta mi cuello, pega su frente con la mía y clava sus preciosos ojos en los míos. No tarda mucho en ayudar a cantar la letra con su divertido acento mexicano. 

Bésame... bésame mucho...como si fuera está noche la última vez. 

Mi corazón late desenfrenadamente, y mi estómago empieza a sentir toda la magia que solamente ella es capaz de provocar en mí. Clavo mi vista en sus labios pero no los pruebo. Quiero que sea ella la que reclame mi boca. 

—Te amo, princesa. 

—Y yo a ti, Josh. 

Sonrío al sentir que se atreve a besarme. Su beso es lento y pausado, algo lleno de ternura. Yo la beso con la misma intensidad, sin embargo a los pocos segundos este se vuelve algo hambriento. Estoy tan feliz de tenerla de nuevo a mi lado que deseo con toda el alma hacerle el amor en este mismo momento. 

Quiero que seamos solamente nosotros dos. 

Se separa de mí un metro. Mi pecho se expande al observar como me contempla. Se relame sus precioso labios y todo mi cuerpo empieza a temblar. Sin que se lo pida,  se deshace de su sudadera lentamente sin perder nuestro contacto visual. Por cada prenda que ella se quita, yo también la imito. Al quedar en  ropa interior, la recibo entre mis brazos. Mi princesa me rodea la cintura con las piernas mientras ambos nos comemos nuestros labios como dos viejos amantes que rencuentran después de mucho tiempo. 

Cuando nos separamos, extiendo la ropa en el suelo para que nos sirva como barrera del cuelo a nuestros cuerpos que en un par de minutos quedarán completamente desnudos. Me siento encima de mi chaqueta y Camille a horcajadas sobre mí. No lo pienso, sólo hundo mi cabeza en su cuello y aspiro su maravillosa fragancia. 

Cuando eras mía©Where stories live. Discover now