Groupie

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Recomendación para escuchar mientras lees este capítulo: "A Taste of Honey"- The Beatles

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Recomendación para escuchar mientras lees este capítulo: "A Taste of Honey"- The Beatles

https://www.youtube.com/watch?v=4A-5hyKaITQ

GROUPIE


Había pasado más de un mes desde que Julieta Mollinari conocíó a Sebastian Fuentes Otero.

Desde el día en que comenzaron a chatear mediante una app de citas recabó suficiente información acerca del susodicho, pero aún no podía decirse que le conocía demasiado.

A Sebastian le gustaba la música más que todo lo demás y la chica realmente admiraba su dedicación al arte, su trabajo en Pueblo Manzana era realmente increíble, sembrar la cultura en los niños y viajar desde la capital dos veces por semana debía ser un duro trabajo, pero cuando la muchacha vio los ojos de felicidad y satisfacción aquel día que lo fue a ver en un concierto de la ciudad supo que el hombre estaba dedicado en cuerpo y alma a su trabajo.

¿Cuántas personas en el mundo estaban satisfechas con sus respectivos empleos?, la respuesta tristemente era fatal, cada vez que Julieta salía temprano a la universidad se cruzaba con cientos de personas con caras largas yendo a sus trabajos estancados, sin desviaciones, sin sueños.

A la chica no le gustaban mucho las quejas, pero arduamente podía leer comentarios en Facebook escritos por sus contactos sobre odiar los lunes o sus empleos, ¡qué suerte la de Sebastian de trabajar con algo que amaba!

Además de la larga lista sobre la música Julieta tenía mucha más información acerca del músico. Le gustaba el skate, su color favorito era el azul, el perfume que usaba la volvía un poco loca, su hermana vivía del otro lado del mundo, su habitación era luminosa y tenía varios posters de actuaciones donde participó y era un gran amante de los buenos vinos.

Oh, detalle muy importante, era el mejor amante del mundo entero, no tuvo que probar con otros hombres para saberlo, simplemente lo sintió desde que su piel estuvo sobre la suya una madrugada de noviembre luego de cumplir veintitrés años.

Esa noche, como casi todas las noches desde fiines de septiembre Julieta se encontraba frente a la luz de su móvil enviándose mensajes con su nuevo maestro en la práctica de las artes amatorias.

*Me pregunto si las personas están pensando en hacerlo todo el tiempo, porque el único momento en que no lo hago es cuando estoy estudiando, ¿será porque soy primeriza o porque has creado a una sexópata? *

Preguntó Julieta y al enviar el mensaje supuso que Sebastian iba a reírse, su debut fue hace pocos días y había creado a un monstruo bastante insaciable.

*Jajajaja. Mañana podría sacarte las ganas... o podría enviarte una foto para que puedas hacerlo ahora*

Al leer aquello la chica no pudo dejar de ser una mujer estructurada, aunque moría de ganas por ver que iba a hacer, seguramente algo que se estaba imaginando.

*¿Estás seguro del sexting?, como estudiante de leyes que soy te aviso que en derecho informático no estamos tan protegidos como pensamos*

El aburrido mensaje protector no llegó a buena fuente ya que su maestro estaba muy confiado en seguir ese nuevo juego a distancia.

*Nuestra conversación esta encriptada por WhatsApp y la foto no es de mi rostro. *

Acto seguido recibió una foto que la dejó boquiabierta y con el corazón palpitando a mil por hora, ¿Cómo podía hacerla humedecer solo con una simple fotografía?

*No puedo desearte más, quiero verte*

Escribió de manera contundente, esa imagen le había volado los sesos en un solo segundo.

*Mañana. *

Contestó el hombre, una sola palabra era la promesa de otra noche de aprendizaje y diversión, ahora solo tenía que esperar, esa era la parte en la que una mujer ansiosa se volvía inestable.

*Me estás afectando el cerebro, ¿a qué hora nos vemos? *

Escribió la muchacha y una vez más observó la imagen que había enviado su amante con una ancha sonrisa plasmada en su blanquecino rostro.

*Después de cenar*

La castaña suspiró y volvió a escribir un picante mensaje para el músico pensando en si él estaba igual de alterado, quizás no, él tenía mucho autocontrol, algo que a ella le faltaba, ¡y con creces!

*Me gusta que te hagas cargo del monstruo que creaste. *

Al ver la respuesta de su maestro pudo notar que tenía razón, ella se veía muy afectada con su nueva situación sexual.

*¿Solo piensas en el sexo del viernes? Deberías bajar un poco los decibeles...igualmente te mando muchos besos linda (Donde más los quieras), me voy a dormir.*

Al otro día Sebastian fue el primero en escribir y Julieta estando en una cena con amigos respondió casi al instante con un aire enigmático, aun no le había comentado a Leo o a Pablo sobre sus nuevas aventuras sexuales, eran de los pocos amigos hombres que tenía y esperaba el momento adecuado para decirles que ahora quería consejos para mejorar en ese aspecto nuevo de su vida.

Había arreglado para encontrarse con su amante luego de cenar y asi lo hizo. Llegó a su casa, tomó su bolso y se subió al bus que la llevaría a la casa del hombre que tanto deseaba.

*¿Me vas a buscar a la parada? *

*Ok, princesa, te espero en la parada*

Al leer ese nuevo apodo sonrió todo el camino y al llegar pudo ver por la ventana del vehículo como Sebastian estaba de pie esperando su llegada.

Luego de un fugaz beso caminaron juntos hacia el apartamento del músico y la electricidad estaba en el aire, Julieta tuvo que juntar todo su autocontrol para no echársele encima en ese mismo instante.

-Dentro de unos días dirigiré la Orquesta de Pueblo Manzana, pero en este lugar, ¿irás?

Pregunto el chico una vez que estuvieron dentro del ascensor y la muchacha asintió con la cabeza.

-Claro, ahí estaré, después de todo ahora soy tu groupie.

-No conozco a ninguna groupie de música clásica.

Dijo Sebastian riendo de sus ocurrencias.

-Ah, pues ahora existen, yo veo una cada vez que miro al espejo

Señaló la chica al reflejo de su rostro que podía divisar dentro del ascensor junto a un hombre demasiado apuesto para ser real, iba a ser una larga noche.




El Maestro del SonidoWhere stories live. Discover now