Muso inspirador

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Recomendación para escuchar mientras lees este capítulo:  "I AM READY FOR LOVE?"- Taylor Swift

(A pedido de @Wattdia vuelven las recomendaciones de canciones ;) )

MUSO INSPIRADOR

MUSO INSPIRADOR

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El ambiente de paz reinaba en la oscura habitación de Sebastian, él estaba dormido, pero Julieta ya estaba despierta cómodamente acurrucada detrás de su espalda besando su hombro.

La piel de Sebastian estaba tibia y olía a ella, a sexo como también al aceite de masajes con olor a vainilla que usaban con frecuencia. La joven no quería moverse estaba muy feliz rodeándole con sus brazos.

Se inclinó un poco hacia arriba para embriagarse con el aroma de su cabello, ojalá nunca le faltasen despertares como ese, Julieta abrió sus ojos cerca de las nueve de la mañana teniendo tiempo de sobra para que sus sentidos se empaparan del delicioso hombre que estaba a su lado.

Sebastian se dio vuelta y la joven se sorprendió moviéndose un poco para dejarle espacio, sintió su brazo rodearle el pecho mientras ella miraba hacia el techo y suspiró, estaba esperando esos mimos que él le brindaba estando inconsciente, esos que mostraban más que a dos amantes, representaban a dos personas que conocían más que bien el cuerpo del otro.

Giró su cuello para tratar de ver su rostro, él mismo estaba a tan solo unos centímetros del suyo, debido a la oscuridad le resultaba imposible, pero podía sentir su lento respirar sobre blanquecina piel.

Es que Julieta siempre se despertaba con la piel erizada, no importaban los meses que transcurrieron desde que le conocía, era un reflejo de su cuerpo ante cualquier acción de Sebastian, no tuvo un periodo de adaptación, no existió un acostumbramiento, su ser reaccionaba involuntariamente ante cualquier atención de su amante, muchas veces se sentía tonta por ello, pero su cerebro no respondía a muchos estímulos cuando estaba dentro de ese embrujo.

No se arrepentía de haber venido hasta aquí para volver a la locura que significaba su extraña relación, lo haría una y mil veces porque cuando su mano acarició la mejilla de Sebastian, aquella que picaba por esa barba de algunos días supo que allí no había confusiones, ni llantos, ni esa cosa amorfa que le molestaba dentro de su ser, Julieta era muy feliz viendo dormir a Sebastian, se sentía tan diferente entre sus brazos que sabía con certeza que no existía ningún sitio en el universo donde estuviese mejor.

-Te quiero.

Susurró bajito y pensó en que Sebastian no la había escuchado, siempre esperaba despertar y tener esos minutos de silencio donde le admiraba mientras dormía, sentía que el cariño que le tenía salía a raudales, que él lo sentía, allí en la oscuridad Julieta podía ser Julieta y mimar a Sebastian hasta que despertara.

El Maestro del SonidoWhere stories live. Discover now