Rememorando una cita fatídica

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REMEMORANDO UNA CITA FATÍDICA

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REMEMORANDO UNA CITA FATÍDICA

Los exámenes habían llegado a su fin y a Julieta todavía le quedaban un par de semanas libres antes de que diciembre finalizara.

Ese sabor agridulce seguía más firme que nunca en su garganta, ¿cómo todos pueden estar tan felices con un sol que raja la tierra y las tiendas abarrotadas de gente debido a las fiestas navideñas?

Julieta adoraba la navidad o eso creía, pero desde que faltaba un lugar en la mesa familiar no pensaba que eran algo fuera de este mundo.

Podía pensar en las navidades pasadas y a esta altura del año ya estaría en Pueblo Manzana junto a su padre pescando cerca del río mientras tomaban unas cervezas y al volver su madre los regañaría porque los mosquitos y el sol habían hecho estragos en su piel.

Esta sería la primera navidad sin su mayor compañero y aliado por lo que no estaba en su mejor momento, pero nada de eso iba a salir de su mente debido a que su madre siempre estuvo pendiente de cómo se estaba tomando la vida luego del suceso rápido donde perdió al mejor de sus mejores amigos.

Su madre la había llamado la misma tarde que culminó su temporada de exámenes para informarle donde pasarían las navidades: en casa de su hermano junto a su cuñada y sobrina.

A Julieta le causaba un malestar inmenso, pero no podía decir nada, quedarse en la capital luego de los exámenes para pasar las fiestas lejos de sus amigos que residían en Pueblo Manzana era una total y completa mierda.

No podía decir que no quería a su hermano, pero la gran diferencia de edad entre ambos a veces le impedía compartir más tiempo juntos ya que él era trece años mayor.

¿Cómo asimilas una vida de hermandad cuando eres una niña de cinco años y tu hermano ya se va a estudiar fuera de la ciudad?

Además de eso Julieta contaba con una cuñada bastante mayor y una sobrina de once años, ¿se imaginan ser tía con doce años de edad?, a Julieta le pasó.

A pesar de eso se llevaban bien, Catalina presumía ante sus amigas del colegio que tenía una tía muy joven y Julieta se divertía siendo la fotógrafa en sus fiestas de cumpleaños.

Era una relación un poco más cercana, aunque Catalina detestaba que su tía le regalara libros en cualquier celebración importante, si, Julieta tenía una sobrina a la que no le gustaba leer demasiado.

El día en que la joven le obsequió un ejemplar de Harry Potter y la Piedra Filosofal que quedó archivado en algún lugar de su habitación supo que debía esperar a que su pequeña sobrina creciera y se enamorara de la literatura, pero la música de Jennifer López y Beyoncé eran más importantes que los libros, al menos por ahora.

Había algo positivo de pasar las festividades en la capital, podría ver a Sebastian ya que el músico tenía conciertos hasta el treinta de diciembre.

El Maestro del SonidoWhere stories live. Discover now