Hacer es la mejor forma de decir

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HACER ES LA MEJOR FORMA DE DECIR

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HACER ES LA MEJOR FORMA DE DECIR

Julieta se encontraba sentada entre leyes y reglamentos preparando sus exámenes finales con una enorme taza de café al lado de su laptop la cual tecleaba a gran velocidad definiendo algunos conceptos y resolviendo incógnitas acerca de una materia que consideraba demasiado tediosa.

La sala de estudio era como su segundo hogar debido a que pasaba una buena parte del día sentada en ese sitio con la cabeza entre los libros, pero durante estas semanas de exámenes y finales el lugar estaba siendo demasiado frecuentado por muchas residentes con la desesperación y estrés generados por los estudios.

Juliana se sentó en la misma mesa donde Julieta tenía un remolino de apuntes y se hizo un lugar para sus libros con una cara demasiado triste como para que la joven no se bajara los anteojos y la observara.

- ¿Qué ocurre?, ¿la facultad te está haciendo pedazos como a mí?

Preguntó la chica con ironía y su amiga negó con la cabeza para después soltar un largo suspiro.

-Aparte de eso que ya es muy frecuente me he peleado con mi novio definitivamente, estuvo engañándome, ¿Qué les ocurre a los hombres?, encuentran a alguien que estudia, es amable y los trata bien y se van con la primera mujer que les guiña un ojo para luego negarlo.

Julieta se quitó los anteojos para refregar sus sienes e hizo una larga pausa antes de contestar.

- ¿Que podrías haber hecho tu para mejorar la situación desde un principio?, siempre me decías que estaban muy mal, ¿alguna vez hablaste con ese patético acerca de lo que te ocurría?

La joven sabía que eso nunca pasó, Juliana además de ser demasiado correcta le gustaba le agradaba mantener las apariencias, para el resto del mundo ella llevaba una relación estable y formal con felicidad plena etcétera, etcétera, etcétera...

¿Cuántas personas por el mundo vivían esa sensación sin sentido de continuar motivados por la costumbre?

-No...pero llevábamos tantos años.

-Los años no importan, estoy segura que de ese tiempo solo la mitad fuiste feliz o quizás menos. No te sientas miserable por alguien que no supo conquistarte siempre y tú también tienen mucha culpa porque no lo hablaste y tampoco hiciste algo para cambiar la situación. Hacer es la mejor manera de decir.

-A veces creo que tu naciste como mil veces, tienes tan poca experiencia de vida, pero tus consejos siempre son crudos y sensatos.

Julieta sonrió, claramente no consideraba que sus opiniones fueran buenas, es más... era muy arriesgadas y quizás groseras, tan groseras que a veces ofendía a la gente.

-No hagas esas tonterías de ir a bailar y besar al primer estúpido que se te cruce, esa elección solo te generará nuevos problemas y un montón de mensajes de WhatsApp que te van a quitar tiempo de reflexión...ah... y tampoco vuelvas con tu ex que seguramente te va a escribir.

La muchacha estaba segura de que eso sucedería tarde o temprano cuando se sintiera culpable por haberla hecho llorar y sufrir como también sabía que su amiga no ignoraría tal situación y si le llegaba a dar otra oportunidad iba a ser una idiota.

Esa misma noche Julieta pensó acerca de las mentiras y ocultaciones que generaban las relaciones sentimentales, ¿por miedo?, ¿por no saber cómo actuar frente a las futuras adversidades?

Ella también guardaba un secreto demasiado importante a Sebastian, le quería.

Sintiéndose un poco mal por darse cuenta de ello pensó en las probabilidades de soltar lo que llevaba dentro, ¿pero ¿cómo iba a hacerlo con tanto miedo sobre la reacción de su amante?

En el mejor de los casos Sebastian actuaria de manera comprensiva ya que estaba segura que podría sospecharlo, ¿Cómo no lo iba a hacer si ella se quedaba como tonta viéndolo por un buen rato con su cerebro totalmente desconectado?

Suspiró y decidió escribirle debido a que él no lo había hecho hasta ahora y observo la ventana de su chat, estaba en línea.

"Te quiero, ¿lo sabias?" ... ¡NO!, "Sebastian a veces las parejas se ocultan cosas y yo tengo que decirte que te quiero" ¡Definitivamente no!

La joven suspiró y miró una vez más su celular, ¿Qué mansaje podría ser innovador?, quizás una imagen.

Levantó su blusa y se quitó el brasier para sacarle una foto a sus pechos, si, con eso quizás bastaría.

Le dio a la tecla de enviar y aguardó solo un segundo para recibir mensajes incoherentes.

*dfdhgfhfgurtgsf*

*fhtyyfghfdh*

*Fsghfghghsh*

*Asqwcbgffh*

*Okdgamouyb*

*yjvchnawq*

Frunció el ceño y decidió escribir la primera frase coherente de la noche intrigada por saber si a Sebastian le había dado un colapso o algo similar.

*¿Qué sucede? Solo es una inocente foto, ¿estás bien? *

Ironizó Julieta y la contestación fue casi instantánea.

*Estoy en una reunión con amigos y puse todas esas palabras raras para que saliera tu foto de la pantalla sino no te podía escribir jajaja*

La muchacha soltó una carcajada, sí que le había dado una inesperada sorpresa, le gustaba saber que tuvo una reacción favorable.

*Ah bueno, disculpa entonces, estaba aburrida y pensé que sería una buena idea tomarme una foto. *

La respuesta de Sebastian fue demasiado irónica ya que envió un emoji llorando de risa y luego la conversación se tornó algo caliente.

*No vayas a sacarte fotos de tu cara como lo hace la gente normal, quizás quiera ver lo que me enviaste en la foto en vivo y en directo. *

Julieta sonrió, claramente Sebastian sabia elevar la temperatura solo con unas palabras de chat.

*Me gustaría que estuvieses acá. *

¿Ese mensaje era válido como un te quiero o te extraño?, extrañaba tener su piel sobre la de él y solo habían pasado dos días desde la última vez que se vieron, pero el fuego interno de Julieta era algo totalmente abrasador y cuando lo reprimía mensajes sexuales salían a raudales.

*Créeme linda, a mí también me gustaría estar ahí, ¿quieres que nos veamos mañana? *

*Definitivamente si, tienes que alimentar al monstruo que has creado*

*Lo haré. *

Una cara haciendo un guiño selló el pacto de su próximo encuentro, la joven sonrió, le encantaba la manera en que Sebastian reaccionaba a esas fotos inesperadas y lo que causaban en él ya que no tuvo que pedirle para verse, solamente tuvo que mostrar lo que podía tener en caso de que quisiera reencontrarse con ella.


El Maestro del SonidoWhere stories live. Discover now