CAPÍTULO 8

4K 118 9
                                    

Aitana.

Seré tus alas, tu vuelo.

Es raro volver a cantar esta canción. Con él, con todos. Sobre todo después de haber escuchado a Amaia y Alfred cantarla. Cantar nuestra parte.

No mires al suelo.

Luis me mira, sonriente. Una sonrisa sincera. De esas que te hacen estremecer. Miro hacia abajo, irónico teniendo en cuenta lo que acabo de cantar. ¿Estás sintiendo vergüenza, Aitana? ¿En serio? ¿A estas alturas de la película?

Que esto acaba de empezar.

Al terminar, y dar paso a Miriam, Luis me levanta la cabeza, rozando mi barbilla con sus dedos, y creo que es peor que la mirada de antes. Frunce el ceño, levanta los hombros, intuyendo un "¿Qué te pasa?" no pronunciado.

"No lo sé, Luis. No lo sé", es lo que mi cuerpo transmite. No es un "nada", pero tampoco una explicación real. Ni sincera. Porque sí lo sé.

Sé que desde que te fuiste no soy la misma. Sé que el día no empieza con el pie derecho sin tus buenos días, ni sueño con los angelitos sin un beso de buenas noches. Sé que necesito un abrazo, una mirada y hasta meterme contigo.

También sé que puede parecer un espejismo, que saldré de aquí y veré una realidad a la que no quiero enfrentarme.

Que tú sigues con tu vida de persona adulta y yo apenas acabo de salir de la adolescencia.

Lo bueno está por llegar.

He entrado a destiempo, desafinada y sin prestar atención a la cara de Manu. No tengo cuerpo para otro rapapolvo como el de la semana pasada con "Chico malo".

-Dios mío, ¿cómo podéis fallar a estas alturas con Camina, chicos? Los de fuera lo habéis hecho muy bien, pero los de dentro... ¿Qué os pasa?

-La cantamos la semana pasada, con otras voces, otro ritmo, todo distinto. Cuesta volver a la original.-explica Miriam, que recibe un asentimiento por mi parte, y por la del resto de finalistas.

-Las excusas...

Noemí entra y nos explica que tenemos que despedirnos de todos aquellos con los que no cantaremos duetos, porque es el momento de ensayarlos.

Una vez estamos los diez solos nos advierte de la mecánica de ensayo:

-A ver, chicos, ensayaréis con Capde, Laura y Manu en los pianos. Con los Javis y Vicky mirareis algunas cosas, si ellos lo ven necesario, en el ensayo en plató, pero en principio, como todo se mantiene como en las actuaciones originales, no será necesario. Salvo excepciones. Vale, ahora que ya está todo claro: Ana y Mimi, con Manu. Sois la excepción, iréis luego con Vicky para recordar el baile; Miriam y Nerea, con Capde; Alfred y Ago, con Laura; Amaia y Roi, box 1 y cambiareis con Mimi y Ana cuando ellas vayan a bailar; Aitana y Cepeda, box 2, lo mismo. Luego cambiais con quien se os diga. ¿Todo claro? Pues a sus puestos.

-¿Por qué no ensayamos primero, y nos ponemos al día después?

Acepto ante su propuesta, pero no de muy buena gana. No me apetece cantar. Quiero que me cuente qué tal está. O que no me cuente nada, pero me abrace. 

Quiero aprovechar el tiempo, y con él no quiero perderlo cantando. 

¿Quién me iba a decir a mí que tendría ese pensamiento? A mí, que mi vida es la música. 

Llevas años enredado en mis manos
En mi pelo, en mi cabeza
Y no puedo más, no puedo más
Debería estar cansada de tus manos
De tu pelo, de tus rarezas, pero quiero más
Yo quiero más

Yo quiero más.

Y ahora que lo tengo aquí, frente a mí, ensayando la canción que tantas veces cantamos juntos... La canción que hizo que nos uniéramos en la primera semana y no nos separásemos jamás. Hasta su expulsión.

Ahora tengo tantos recuerdos, que creo que estoy volviendo a la primera semana de concurso.

Cepeda. 

Bien, estaremos solos en un box. Podremos tener tiempo de hablar, comentar impresiones. Que me cuente qué tal. Aunque yo no pueda decirle todo lo que me gustaría. 

Pero, ¿qué me gustaría? Si ni yo mismo sé qué está pasando, ¿qué le diría a ella si pudiera? ¿Que todo va bien? 

Porque sí, va bien. Ya no estoy en una relación que resta más que suma. Ya no vivo con un sentimiento de impotencia, por creerme inferior al resto. Ahora he visto que gusto, que valgo para esto y que llego a la gente. 

Y que quiero llegarte a ti

Eso, creo, jamás sería capaz de decírselo, aunque no hubiese mil cámaras delante. 

Ella me ve como un hermano, y yo me siento un pervertido por siquiera imaginarme la remota idea de que tal vez esta chica esté llegando a gustarme. 

Roi me comentó todo lo que yo ya había visto, pero no quiso hablar de lo que pasaba dentro de la habitación más allá de lo obvio. Sí, me confesó que lloraba antes de dormir, pero no me ha comentado nada acerca de conversaciones concretas. Ni siquiera porqué la estaba abrazando aquella noche. Qué le dijo exactamente. 

¿Lloraba por mí, no? 

Yo quiero más. 

Joder. 

Pero, ¿por qué canta tan bien? ¿Por qué me transmite tanto? ¿Por qué me hace querer raptarla, llevarla a mi cuchitril de Madrid y perdernos entre las sábanas? Despertar con olor a café, con su pelo despeinado haciendo cosquillas en mi cuerpo y su risa infinita cuando se mete conmigo.

Sí, Luis, me digo. Acabas de darte cuenta de que no te gusta Aitana. No te gusta esa niña que creías una hermana. 

-¿Tanto tiempo ha pasado que no sabes cuándo te toca cantar?-pregunta, sonriente. Yo ni siquiera me había dado cuenta de que ella ya había cantado su estribillo correspondiente.

No, Luis. A ti ella no te gusta. 

A ti lo que te pasa es que te estás enamorando. 

PROCURO OLVIDARTEWhere stories live. Discover now