CAPITULO 18

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CEPEDA

Aitana me ha traído a un lugar apartado. No está excesivamente lejos de su casa, pero sí lo bastante para evitar miradas curiosas.

Butanito, mi nuevo coche, es lo que coloquialmente diría "un canteo". Es naranja, pero naranja butano. Soy un as poniendo nombres, lo sé.

Todo esto estaba siendo un poco raro, y rápido incluso.
Me parece surrealista que esté en su pueblo, metidos en mi coche sin decir una palabra desde hace rato.

La noto nerviosa. Joder, si es que yo también lo estoy.

En mis 28 años no puedo decir que haya sido ningún santo. Jamás he tratado mal a nadie, ni engañado diciendo cosas que no sentía para aprovecharme de algo. Pero tampoco me he quedado en casa esperando que la llamada de una chica cayera del cielo.

A pesar de mi extremada timidez, no lo soy a la hora de ligar. Me gusta gustar, y se me da increíblemente bien fingir que no capto que una chica me mira.
Juegos de ligoteo, ya está.

Pero ahora estoy aquí, con Aitana en el asiento de copiloto de mi coche y toda esa timidez está más presente que nunca. No porque con ella no pueda ser yo mismo, sino por todo lo contrario.

Me da miedo, mucho miedo, el sentirme tan libre con ella. El ser tan yo. Y el habernos confesado algo que hasta hace unas semanas me estaba negando a mí mismo.

- ¿Sabes que él siempre me decía que me echarían en la primera semana y nadie se acordaría de mí?

Se está refiriendo a Vicente, lo que hace que el odio que pensaba no justificado por el chico se vea en aumento. ¿Quién en su sano juicio le diría a esta chica que nadie se acordaría de ella?

A fin de cuentas, las semanas que estuvieras en la academia no tenía porqué significar nada. Podías tener una mala semana, o incluso una mala noche, e irte a la calle. Podías no congeniar con el público pero tener una voz maravillosa.

O podías ser el eterno nominado y estar componiendo canciones con los mejores artistas del país.

Para mí, el talento no se mide en semanas. Es algo que incluso antes de mi salida, comprendí. Vi salir a grandes voces, grandes showmans, grandes personas que tenían un potencial impresionante.

-Me lo decía de broma. -aclara- Quiero decir, creo que ha sonado peor de lo que era... Pero él decía que mis nervios me jugarían una mala pasada. ¡Como en la gala 0! No puedo echarle toda la culpa al sonido... Yo tampoco estuve muy acertada, me equivoqué en el rap...

No sé porqué está diciendo todo esto en este momento, pero la escucho atento. Por algún motivo decir esto le está viniendo bien.

-Ninguno lo hicimos bien en esa gala, Aiti. -mientras digo eso, me acerco lentamente a ella. No es algo que haga a propósito, simplemente me sale. Igual que mi cerebro le manda a mi mano una orden que no recuerdo haberle dado.

Mi mano acaricia su mejilla. Me duele pensar en una Aitana ilusionada porque iba pasando los cástings, después de haberse presentado hasta tres veces y tener a su lado una persona que le quitaba toda la ilusión con una mísera frase.

- ¿Qué hubiera pasado si no nos hubieran puesto juntos la primera semana?

Sonrío, aunque en realidad no puedo ni imaginarme lo que hubiera sido eso.

- ¿Sabes que antes de entrar me preguntaron con quién de los dieciocho me gustaría hacer los dúos? El único nombre que dije fue el tuyo. No sé, sabía que iba a funcionar... Que nuestras voces se amoldarían. Lo que no me imaginaba era decirte delante de media España tres meses después "yo te quiero más".

PROCURO OLVIDARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora