CAPÍTULO 48

2.3K 94 67
                                    

Octubre 2019: Madrid. 

CEPEDA

"La joven promesa del pop español, Aitana Ocaña, aterriza en España tras haber conquistado América Latina. Artistas con gran trayectoria musical en nuestro país como Lali o Tini Stoessel han alabado su voz y ya la ven como una gran rival a la que enfrentarse en las listas de ventas. 

Su primer disco, con un variado repertorio compuesto entre Miami y Los Ángeles y grabado en nuestro país, se podrá comprar el próximo mes en todos los puntos de venta habituales."

-Hoy salgo con Diego al final, ¿quieres venir?

-No voy a salir contigo y uno de tus ligues, Ago.

-No es uno de mis ligues, con este voy en serio. 

-Eso dijiste de Jorge, y de Mateo, y de Rodrigo... Además, mañana tengo que trabajar. 

Las ganas que tenía de ir a ese lugar eran nulas, pero era trabajo y promoción para el nuevo disco que saldrá en unos meses. Tinet lo llamó "una forma de no caer en el olvido entre la gente que te vio nacer". 

Yo solo lo veo como una forma de enganchar al público tras el fracaso de OT2018. 

-Vale, ya, captado. Pero Diego me gusta. ¿No vienes, seguro? ¿Es mejor ver portales de noticias argentinos?

-No estaba...

Miro a mi amigo. El cabrón me conoce, así que ¿para qué negar? Simplemente le repito que no me apetece salir esta noche. Mañana tengo un intenso día de rodaje y no estoy para cañas.

-Roi, ¿te vienes con Diego y conmigo a tomar unas cervezas?-le pregunta a Roi cuando este sale de la ducha. 

-Claro, dame cinco minutos que me visto.

Nuestro amigo desaparece y Agoney me mira con esos ojos de cordero degollado que me matan, al tiempo que dibuja una sonrisa en su rostro. 

-Luisín, vente, no pretenderás que Roi nos sujete las velas, ¿no?

Sin que mis constantes negativas hayan servido para mucho al final he cedido. La noche madrileña sigue igual que la recordaba. Nada ha cambiado en estos meses en los que he decidido encerrarme en mí mismo y componer. 

Una camarera me sonríe, lo que tomo como una invitación a que le pida algo. Un ron con Coca-Cola no tarda en aparecer en mis manos, aunque tardo bastante en dar el primer sorbo. Agoney insiste en pedir chupitos para todos y no se conforma con uno solo. Ocho pequeños vasitos llenos de tequila aparecen ante nuestros ojos, dos para cada uno. 

El primer trago sabe amargo. Mucho. ¿Cuánto tiempo llevo sin beber alcohol? Fácilmente siete u ocho meses. Mi garganta escuece tanto que hace que mis ojos se achinen. Oigo las risas de Agoney y Roi, pero ni siquiera me detengo a mirarlos. 

-Cabrón, que ni has chupado el limón. 

¿Estos meses han sido tantos como para olvidar que debería haberme echado sal en la mano y mordido un limón tras beberlo? Debería haber optado por una cerveza, coño. Todo sería más sencillo y no me sentiría un estúpido. 

  -Esta noche va fuerte, Cepedo, ¿eh?  

El segundo chupito entra más fácil. Tanto, que la necesidad de seguir bebiendo se apodera de mí y busco en la barra mi cubata olvidado. 

No me gusta ahogar las penas en alcohol, pero hoy no tengo penas que valgan. Hoy me apetece beber hasta olvidar el trabajo. 

Estos últimos meses me he centrado demasiado en lo que tenía que hacer, y no en lo que quería. 

PROCURO OLVIDARTEWhere stories live. Discover now