CAPITULO 42

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AITANA

-Tomá.- Mauro me lanza una cerveza. Nunca he sido muy fan de ellas, pero desde que descubrí una marca argentina que mi amigo insistió en que probara, les estoy cogiendo el gusto- Hablaste con él entonces, ¿cierto?

-Sí, pesado.-respondo, dándole un trago.

Habíamos vuelto de la feria hacía un rato. En una hora unos amigos vendrían para cenar juntos y comenzar una velada de música, risas y juegos. Era un plan tranquilo que nos gustaba hacer a menudo en casa de Mauro.

-Y bien, ¿me decís qué te dijo o tengo que insistir?

-Se fue a vivir con dos de mis compañeros.

-Que qué dijo sobre lo tuyo, boluda. ¿Qué pensá sobre que tengas que quedarte más tiempo acá?

-Se quedó callado un rato. No sé cómo tomármelo. Llevábamos tres meses sin hablar, le suelto esa bomba y se queda callado... No sé. Tal vez no debí llamarlo.

-Obvio que tenías que llamarlo. Tani, ¿vos sabés lo cansadito que me tenés hablando del tal Pedrito día sí, día también? Por mi salud mental, ¡hiciste re bien en llamarlo!

-Bueno, ya. Deja de hablar de mí. ¿Tú piensas lanzarte a Sol de una vez?

Aquella camarera del pequeño local al que acudíamos siempre, se convirtió en una amiga más.
Y Mauro está coladito por ella, y mi instinto me dice que es correspondido.

-Che, que gané la apuesta. La que tenía que hacer lo que yo quisiera eras vos.

-Mira, tú no necesitas una apuesta para besar a Sol. ¿O es que la primera vez la necesitaste?

Hace unas semanas, en una discoteca del centro a la que fuimos los tres con otros dos amigos, acabaron besándose en medio de la pista tras bailar una canción juntos.

-Había tomado.

-Sí, sí. Tú échale la culpa al alcohol, que si quieres te preparo un par de mojitos cargados...

Mauro me lanza un cojín, que estampa directamente en mi cara.

-Mina de la hora, te estás convirtiendo en la mina pesada.

Entre risas, pienso en lo feliz que soy por tenerle a él aquí. Su amistad hace que me sea más fácil estar alejada de mis amigos y de mi familia. Mucho más.

-Decime qué más te dijo el pibe. ¿Se fue a vivir con quién?

-Con otros dos compañeros de OT.

-Esperá, esperá. ¿Cómo de OT? ¿Tu ex era concursante?-le miro extrañada. No puede ser que no lo supiera.

- ¿No te lo había dicho?

- ¿Esta es la cara de alguien que tenía la menor idea de eso?

-Pensaba que lo sabías, lo siento.-río.

Mauro saca su móvil y teclea en Google: concursantes de OT2017.

-¿Necesitas eso? ¿No decías que habías visto todas mis actuaciones?

-Sí, pero no sabía que tenía que fijarme también en quién te gustaba.-busca entre las caras de mis compañeros-¡No decime nada, eh! Si lo vi en tus actuaciones es porque cantaste con él.

-Sí, Sherlock.

-Ok, ok. Eso nos deja a Alfred, Raoul, Cepeda y Agoney.

Oírlo decir su nombre me resulta extraño.
Es cierto que nunca le dije quién era Luis. Imagino que di por hecho que él lo sabía.
Llamarlo "Pedrito" también lo hacía algo menos doloroso, tontamente, pero así era.

PROCURO OLVIDARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora