CAPÍTULO 11

4.1K 115 12
                                    

Aitana. 

No veía el momento de encerrarnos en la habitación y poder entender a qué se refería Roi con eso de "ponerme al día".

Durante la cena he estado callada, seria y sin apenas probar bocado. Sé que mis amigos lo han notado, pero no han hecho ningún comentario ni alusión más allá que una mirada cómplice y una sonrisa.
Aunque no sepan 100% mis sentimientos, saben que la visita de Cepeda me ha afectado más de lo que puedo reconocer con palabras.

-Estaban todos guapísimos.-dice Ana, cuando me estoy envolviendo en el edredón.

-Oye, ¿Roi os ha contado algo?-me atrevo a preguntar.

-No. Nada importante.-dice Miriam.-Bueno, algo así como que quiere vivir con Cepeda y él no le deja.-ríe.

Ana y Amaia se lanzan una mirada que no sé interpretar. Pero no digo nada.

-Oye, Aitana, estabas super callada en la cena. Parece que la visita te ha afectado en lugar de darte un chute de energía.

Alfred tal vez es el más despistado de todos los presentes. Mientras que estoy segura de que las chicas pueden percibir qué es lo que me pasa, aunque yo no lo haya dicho, mi amigo vive en su mundo.

No respondo, pero le lanzo una sonrisa triste.

-Hay algo importante.-dice Amaia.

Ana la mira, sorprendida y algo escandalizada, negando con la cabeza.

-Amaia, no.

-Tiene que saberlo.

-¿Saber el qué? No estamos seguras.

-A mí me ha parecido que lo han dejado bastante claro todo.

-¿Habláis de lo de...?-Alfred interviene y obtiene una afirmación.

Miriam se mantiene al margen, colocando sus almohadas y sin prestar mucha atención a la conversación, pero algo me dice que no está tan despistada como Alfred y sabe desde el principio de qué se está hablando. Simplemente, no quiere intervenir.

-Joder, ¡dejad de haceros los interesantes!

-Creemos que Cepeda tiene problemas con su novia. Si es que tiene novia.-Amaia habla de carrerilla.

No sé qué decir. No sé cómo actuar, ni si reír o echarme a llorar. Mi cara parece en shock total.

Dudo por un momento si tienen razón en su creencia. ¿Cómo pueden estar seguras? ¿Cómo? Si seguro que nuestros compañeros no han sido explícitos a la hora de decirlo.

Pero Roi me ha dicho que les preguntara.

Después de preguntarme cómo estaba llevando lo de Cepeda.

Él sabe lo que siento y ha estado fuera.

Sí, definitivamente, Cepeda debe haberlo dejado con Graciela.

-Aitana...-susurra Ana.

-Estoy bien.-logro decir entrecortada.

-¿Pero qué pasa porque Cepeda ya no esté con Graciela?-pregunta Alfred.

-Ay, de verdad, chiquillo, debes ser el único en esta casa que no se ha dado cuenta. Aitana está enamoraita perdida.

Amaia y Ana se vuelven hacia Miriam, quien parecía no haber prestado atención a nada. Pero vaya si lo había hecho.

Alfred me mira, esperando que yo niegue esa afirmación.
Pero no lo hago.

Porque, ¿qué más da? Antes o después tendré que afrontar mis sentimientos y decirlos en voz alta.
Antes podía hacerlo con Roi, pero él ya no está aquí para escucharme.

-Me daba vergüenza decirlo.-suspiro.

Ana grita de alegría, una reacción que no esperaba. Todos saben que no es todo tan fácil como que a mí me guste y él esté soltero.
Es todo muy complicado. Hay terceros de por medio. Y cámaras, y micros. -Y Twitter.-

-Todo saldrá bien, Aitana.-dice Amaia-Queda poco. Podrás hablar con él dentro de nada y lo aclarareis todo.

-No hay nada que aclarar. Yo tengo novio, y que ahora esté confundida, y la noticia de su posible supuesta ruptura me haya pillado desprevenida no quiere decir que él sienta nada por mí. ¡Por Dios, soy una niña a su lado! Además, ¿quién sabe? Quizá esto solo es un capricho tonto por estar aquí encerrada sin mi mayor apoyo. Buenas noches.

Me meto entre las sábanas y el edredón y doy por finalizada la conversación.
Sé que mi discurso verdad y mentira a partes iguales. Sé que ellos también lo saben. Y sé que no darán por zanjado el tema.

Al igual que sé, cuando Amaia se mete en mi cama y me abraza, que no dirán ni una sola palabra al respecto mientras yo no quiera hacerlo.

Y así, rodeada por los brazos de mi mejor amiga aquí dentro, y sus manos en mi pelo -como él siempre hacía- comienzo a llorar dando gracias porque alguien pueda secar mis lágrimas esta noche.

Y volví a llorar, Mónica, volví a llorar.

--------------------------------

HOLA!

Sé que lo que voy a decir NO es excusa suficiente, pero llevo unas semanas que me tiro 12 horas fuera de casa y cuando llego solo quiero tirarme en el sofá o dormir. O ambas a la vez.

Pero bueno, he recibido varios comentarios de apoyo últimamente y quería recompensarlo con un capítulo cortito pero necesario.

No puedo prometer un horario fijo, pero sí que en cuanto tenga tiempo e ideas sacaré un hueco.






PROCURO OLVIDARTEWhere stories live. Discover now