CAPÍTULO 32

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AITANA

No podía dejar de llorar aquel día. Después de ver de nuevo el videoclip, y flipar lo que no está escrito porque dos de mis actores favoritos en el mundo participaran en el videoclip de mi novio, donde se habla de nosotros. Y que algo así sea la menor de las sorpresas.

- ¡Y ahora, los regalos! -exclamó Amaia.

-Pero si me habéis hecho el regalo más grande de todos. Estáis aquí, y ¡joder, Amaia, que cantas con Luis en el videoclip! ¡O sea, hola! -todos se ríen, yo incluida, pero es que sigo flipando. - ¿Esta versión no estará en el disco?

-No. -dice Luis.

-Pues la gente va a rabiar, os lo digo. ¡Qué bonita os ha quedado, jope! Qué regalazo.

Luis estuvo abrazado a mí todo el tiempo. No se separó un momento. El resto de mis amigos se fueron yendo, no sin antes darme los regalos que mil veces les dije que no tenían que comprarme.

- ¡También es de parte nuestra, aunque estemos por tierras gallegas! -exclamó Roi desde el ordenador.

Todos se fueron, incluso mis padres desaparecieron de la terraza. Menos él. Nos quedamos abrazados en una hamaca. Él miraba las estrellas mientras yo jugueteaba con las pulseras de su muñeca. Las contaba, buscaba nuevas, y caí en la cuenta de que había muchas de las que no conocía la historia. Cuando estábamos en la Academia, muchas veces le preguntaba por ellas y un día decidió que, cada noche, según cómo hubiéramos pasado el día, me contaría de dónde venía cada una.

-Esta es nueva. -dije.

- ¿Qué?

-La pulsera. Digo que esta es nueva. Hay varias que aún no me has contado cómo aparecieron, pero esta es que ni siquiera estaba en la Academia.

¿Cómo podía ser que no me hubiera dado cuenta antes?
-No tiene historia. Simplemente me gustó y me la compré. -algo escondía.

-Es bonita.

-Tú sí que eres bonita.

-No cambies de tema. Cuéntame la historia de esta pulsera.

-Me la regaló una chica en una firma. -asentí, en las firmas nos regalan de todo- Me dijo que me la daba para darte suerte. Que serías finalista gracias a la pulsera. Fue la semana que cantaste Procuro olvidarte.

- Así que, en teoría, la pulsera esa es mía, ¿no?

-No.

-Claro que sí. Te la dieron porque querían que me diera suerte a mí. Es mía.

Luis sonrió y se quitó la pulsera. Desde entonces, mi muñeca no se separa de ella, aunque me la podría poner como si fuesen unas esposas, porque me caben tres muñecas aquí dentro.

El siguiente concierto es en Murcia. Hemos llegado esta mañana y apenas hemos tenido tiempo para algo que no sea ensayar. Llega el momento de presentarle, y hoy me apetece que sea más especial. Quizá porque me da igual ya lo que digan, lo que se comente. Me da igual que todo el mundo hable de mi ruptura y mi nueva relación, porque soy feliz, y quiero gritarlo a los cuatro vientos.

Además, por si fuera poco, el videoclip de Esta vez, con Llegas tú no hay lugar a dudas: los actores están contando nuestra historia, desde los cástings hasta el momento en el que Luis se fue de la Academia. Pocos son los que aún dudan que haya algo entre nosotros.

- ¡Buenas noches, Murcia! Ahora me toca presentar a, bueno, a Luis, ya lo sabéis. -hago una pausa, necesito encontrar las palabras adecuadas- Hace un tiempo me dijeron que hiciera lo que me saliera de dentro, y quiero seguir ese consejo. Luis, sal.

PROCURO OLVIDARTEWhere stories live. Discover now