CAPITULO 20

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AITANA

Anoche, tras haber subido, mis padres no me dijeron nada. No hicieron preguntas más allá de un simple "¿todo bien?" por parte de mi madre. Lo agradecí. No me apetecía contarles la ruptura con Vicente y hablar de un posible comienzo con Luis. No era el momento.

En cambio, cogí el móvil y escribí por el grupo de las tres mellizas que tenía que hablar con ellas, habían sucedido cosas importantes y tenían que estar al corriente. Amaia y Ana nos habían ayudado, después de todo, y quería compartir mi felicidad con ellas.

Hice lo propio con Marta después de escuchar un audio en el que me contaba cómo Vicente había subido al menos seis historias a sus redes en las que escribía letras tristes de amor, e incluso una con un corazón partido.

¿Esa era su idea de llevar una ruptura en secreto?

La llamada con Marta no fue rápida. Le dije que se esperara hasta cerciorarme de que Luis había llegado al hotel y que luego la llamaría.

- Tía, ¿qué es eso de que llegue al hotel? ¿Dónde estaba?

-En Sant Climent.

- ¡Qué me estás contando! -exclamó mi amiga.

-He dejado a Vicente esta noche.

-Joder, Aitana, ahora entiendo las historias. ¡Pero cómo no me habías dicho nada!

-Porque lo hemos dejado, se ha ido y a los diez minutos tenía a Luis en mi portal.

-Pero ¡qué hacía Cepeda en tu portal! Joder, que ese tiarrón estaba en el pueblo y me lo he perdido, tía. Que esas cosas se avisan.

Sentí celos y me reí a partes iguales. Mis amigas ya me dijeron esta Navidad que estaban enamoradas de él. Ninguna hizo mención de Aiteda, ninguna me preguntó si me gustaba, pero creo que todas lo sabían. La respuesta estaba clara.

-Marta, ¿te acuerdas cuando en primero de la E.S.O dijimos que, si una se liaba con un chico, aunque no le gustara ni nada, ¿quedaba absolutamente vetado para otra?

-Sí, y créeme que no voy a ir a por Vicente. -reímos.

-Joder, tía, ¡que te hablo de Luis!

- ¿¡QUÉ OS HABÉIS LIADO!? Pero ya me estás contando eso.

-No hay mucho que contar... Ha sido esta noche, en su coche.

-Madre mía, que ¡¡Aiteda is real!!-reía al otro lado del teléfono y yo con ella. -Pero, pero, pero ¿hasta qué punto os habéis liado? ¿Besitos, caricias o lo habéis hecho salvajemente en su Butanito?

Madre mía, mi amiga era la mayor fan de Cepeda, que incluso se sabía el nombre de su coche.

-No te voy a dar detalles guarros, loca. Pero nada, solo unos besos. Pero, jo, ¡no sabes cómo besa! De cero a cien en un segundo. En serio, no sabes. Y el cabrón sabe cómo llevar los tiempos...

Me apetecía tantísimo tener una charla telefónica con mi mejor amiga. Es una de las cosas que más he echado de menos en la Academia. Esto. Una conversación trivial, acostadas en la cama y riéndonos como las todavía adolescentes que éramos. Sin presión, sin cámaras y sin quince personas más a mi alrededor.

Aunque ese último no me molestara tanto, hay veces en las que se necesita intimidad.

-Joder, si te ha puesto así con dos besitos cuando te empotre no sé qué vas a hacer.

- ¡Ala, tía, qué bestia!

Y así estuvimos hasta que me fui a dormir. También le dije que no había hablado con Luis de la ruptura con Vicente, y que me arrepentía un poco por eso. Pero no había surgido. Marta me abrió los ojos diciendo que, si él no sabía que habíamos roto, el decirle lo de las historias de Instagram no había sido buena idea.

PROCURO OLVIDARTEWhere stories live. Discover now