CAPITULO 15

3.3K 106 39
                                    

Aitana.

Guau.

¿Cómo me suelta eso sin tantear el terreno al menos? Porque madre mía.
Sin despeinarse.

-Vaya.

Miro al suelo porque no sé dónde meterme.

Una cosa es intuir que entre él y yo hay algo y otra es que me lo diga así, de la nada, y tan claro.

Un chico de mi edad hubiera dado mil vueltas, pero Luis no pierde el tiempo. Es claro y directo dentro de su tremenda timidez.

-Perdón, sé que no debería decirte esto con tu novio ahí fuera...

-No, no. No importa. Quiero decir, estoy flipando.

Todo lo digo entrecortada. No sé cómo se reacciona ante esto.

-Yo también.

Le pregunto que él porqué. ¿Está flipando por haberme dicho eso? ¿Por sentir algo por mí? ¿Por decirlo con Vicente tras esa puerta de 'prohibido el paso'?

-Por haber reunido coraje para decirlo. No pensaba que sería capaz. Pero nuestros amigos nos han allanado el paso.

Sonrío. Jo, la que han liado por nosotros. De verdad que no les puedo querer más.

-Me gustas mucho, Luis. -sonrío, tímida.

Elevo los hombros como diciendo 'y ya está, ya lo he dicho'.

-Joder. Ahora soy yo el que está flipando.

Me acerco a él. Aún más, quiero decir. Su palma roza mi mejilla y me estremezco al momento.
Creo que un montón de lágrimas están luchando por salir de mis ojos.

Tengo sentimientos contradictorios ahora mismo. Estoy feliz, triste, confundida y emocionada. Todo a la vez.

Ahora mismo mi cuerpo es como una botella que ha sido llenada por muchas bebidas diferentes, pero por alguna cosa de la vida, sabe bien el conjunto.

Como cuando de pequeños mezclábamos Fanta y Coca-Cola.

Sus manos sobre mi rostro es bien. Es serenidad, bienestar, querer.

No sé qué decir, ni qué hacer.

Tengo ganas de que me bese, pero me siento tonta si hago algún gesto que lo insinúe y tremendamente culpable al saber que Vicente está ahí fuera.

Cepeda se acerca a mí. Su boca y la mía están tan separadas como nuestra nariz lo permite.
Luis cierra los ojos, y chocando su frente con la mía, niega con la cabeza.

-Te besaría ahora mismo.

Coge valor, Aitana. Dile algo, me digo.

-¿Y por qué no lo haces?

Luis sonríe de nuevo. Dios, esa sonrisita que me mata. Esa que no supe valorar cuando estábamos juntos dentro de la Academia.

Voy girando la cabeza lentamente, sonriendo, por algo que está a punto de pasar.

-¡Ostia!

Estábamos tan concentrados que ni siquiera habíamos oído la puerta.

Cepeda se aleja de mí, pero pasa su brazo por la parte baja de mi espalda. Para qué disimular, si ya total, nos han pillado.

Además, aquí todos hemos venido a lo mismo.

-Perdón por interrumpir. Shhhhhhh. Pensábamos que no había nadie. No diremos nada. Shhhhhhh.

PROCURO OLVIDARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora