CAPÍTULO 38

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MIRAAAAAAAAAAAAAAAD, TENÍA ESTE CAPÍTULO TERMINADO, Y SE ME BORRÓ (CUANDO ESTOY SEGURA DE QUE LO HABÍA GUARDADO) ASÍ QUE HE TENIDO QUE REESCRIBIRLO ENTERITO. 

Y dejo las mayúsculas para parecer una persona equilibrada.

Pues eso, que, ¿os acordáis de cuando he dicho "voy a ver si me da tiempo a escribir el siguiente"? Pues lo he escrito, y cuando estaba a punto de subirlo PUM SE BORRÓ!!

Y ya me he ido a cenar y tomar algo con mis amigos, así que lo he tenido que escribir de nuevo a la vuelta. Bueno, pues eso. Siento el follón, pero aquí tenéis el siguiente cap. 

(Veis que era por la ruptura por lo que tardaba, no sabía cómo encajarla).

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AITANA

-Así que nunca estuviste en Buenos Aires.

-No, nunca he estado.

Mauro, el chico rubio con pelo seguramente alborotado recogido en una coleta, no ha dejado de darme conversación en las tres horas que llevamos de vuelo. Aún quedan al menos otras doce, y no tiene intención de parar.

Y yo quiero dormir.

-Te va a encantar. -dice, alegre. Su sonrisa es contagiosa, lástima que yo no esté para sonreír.

Lo siento mucho antes de decirlo, pero en este momento no me apetece sacar mi yo simpático. En realidad, es mi yo habitual, pero estoy cansada, llevo un mes sin poder pegar ojo y lo último que quiero ahora es que un guapo chico argentino ligue conmigo. Joder, debe ser cierto eso de que es algo innato en ellos.

-Si me va a encantar o no es algo que descubriré yo misma.

Vaya. He sonado aún más borde de lo que pretendía. Pero surge efecto y Mauro redirige sus ojos verdes en otra dirección, no sin antes hacer un gesto de disculpa. Ha captado la indirecta y por fin puedo intentar dormir.

Mierda, mamá. El cojín de viaje. Resulta que sí había algo de la lista que he olvidado.

Miro por la ventanilla antes de cerrar los ojos decidida a dormir, pensando en cuándo será la última vez que pise terreno español. Esta aventura va a ser genial, de eso no me cabe duda. Conoceré a muchísima gente, aprenderé una cultura que, aunque tal vez no muy diferente, sí será otra que la mía. Aire nuevo, aire fresco.
Tiempo de cambiar, tiempo de empezar.

Cuando despierto y miro el reloj, han pasado dos horas. Vaya. Hacía tiempo que no dormía tanto seguido. A mi lado, Mauro habla con la mujer de su derecha. Una señora de mediana edad, quizá algo más, que sostiene una revista en sus manos.

-Me tenés que explicar quiénes son, porque no conozco mucho de la salsa rosa española.

Vaya, ya le habla de tú a la mujer. O su educación si es bien distinta que la nuestra o este chico coge confianza muy rápido. Quizá es cierto eso que dicen de la labia de los argentinos. Quizá no era un chico ligando, solo un argentino siendo argentino. Asco de prejuicios.

Por otro lado, no pasa desapercibido el comentario, ni la revista que sostiene. Revista en la que he salido en portada junto a Luis en varias ocasiones.

Me escondo en el asiento, rezando para que esta vez no salga ninguna foto mía en la revista. No me gustaría por varias razones. La primera, que el chico argentino descubra que tiene al lado a una chica lo suficientemente conocida como para salir en una tapa de revista y segunda... Que la prensa se haya hecho eco de mi ruptura. A fin de cuentas, llevo un mes fuera, y eso podría ser carnaza para muchos carroñeros sin corazón.

PROCURO OLVIDARTEWhere stories live. Discover now