3|TH

13.6K 542 134
                                    

Esperabas con ansias, ¡ibas a conocer al famoso Tom Holland, tú ídolo!, ¿Acaso no suena más loco de lo que ya es? Desde pequeña te cayó bien cuando actuó de Lucas en "Lo imposible", lo consideraste tú primer crush y el actual, de hecho.

—¿Viniste aquí a ver a Tom?—te preguntó una chica al azar, quién estaba detrás tuyo.
—Sí.—dijiste tú, siendo obvia.
La chica dirigió tú mirada a tú cabello, sabías que no era lo mejor de tu apariencia pero seguías adorándolo.
—Um, ¿Entrarás con ese pelo? ¿Así de desarreglado?—volvió a preguntar, sin ninguna molestia y con cara de desagrado.
Respiraste hondamente, cerraste tus ojos y tus puños hicieron lo mismo. Tus deseos de romperle la nariz perfecta que tenía te hacían volverte más agresiva de lo normal, pero solo es un pensamiento, se irá ni bien veas a Tom.
—A mi me parece muy arreglado, a decir verdad.—dijo una voz masculina detrás tuyo, sin haberte dejado hablar.

Era..¿Tom?, nah, imposible; eso nunca te pasaría, y si pasara, estarías en el suelo en estos momentos.
Al darte la vuelta gruñona y con tus ganas aumentadas, miraste la sonrisa perfecta del actor de Marvel: Tom Holland.

—Gr-gracias.—tartamudeabas, tratando de no hacer contacto visual, sí no serías mujer muerta y eso no sería lo que tú familia quisiera.

No pudiste evitarlo ni por medio segundo, lo miraste con una sonrisa boba y él se te quedó mirando, no sabías porqué, pero se te hizo una eternidad a ti esos dos segundos rápidos de miradas. Bueno, eso fue antes de que la ola de fans vinieran a ti.

Decidiste irte, por hoy fue suficiente. Se había sentido demasiado raro como para ser real, pero algo que sabías es que nunca fue un sueño.

Llegaste a tú casa dormida, el viaje en el bus no fue para nada divertido. Te sentaste en tu cama, recordando cada segundo que sus ojos café estallaron con los tuyos, miraste cada parte de su cara perfectamente y su sonrisa.
Vives sola con tan solo veinte años, tal como  la edad de tú ídolo; solo que él es mucho más afortunado, al menos tiene a su mamá en casa.

El timbre sonó y te acercaste a la puerta, miraste por el pequeño agujero que hay en tu puerta....

Rulos castaños
Ojos café
Espalda trabajada
Un acento perfecto de London

La respiración te falló por tiempos largos, inhalabas y soltabas, pero nada te ayudaba a recargar el aire en tus pulmones, ya todo se lo había llevado Tom Holland, el chico en tú puerta. Te miraste dos segundos al espejo verificando que estés bien, abriste la puerta con las piernas débiles y el se percató de qué la abriste, te miró y se alegró.

—___, ¿Ese es tú nombre, cierto?—preguntó, cegándote con el color audaz de sus dientes.
—S-í, ese es mi nombre.—respondiste, entrando en pánico lentamente.
—Genial.—respondió el, poniendo sus manos en sus bolsillos.
—¿Qu-Qué haces aquí?—preguntabas rascándote tú pelo.
—Oh, cierto...—pausó el—Cuándo hoy te ví en la fila, noté que te habías puesto rabiosa, y triste...venía a ver como estabas.

El corazón ya casi explotaba.

—Bi-bien, e-es muy considerado qué ve-vengas.—sonreíste patéticamente.
Él largó aire luego del silencio incómodo.
—No voy a usar excusas..—tus ojos se abrieron fuertemente—Me pareciste muy linda hoy, y quería conocerte.—puso su mano en su irresistible cabello, volviéndote un frágil fideo.

Ahora sí, eres mujer muerta.

Tom Holland One-ShotsWhere stories live. Discover now