25/PP-SM

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"Me tienes a mi".

Aunque debías ser perfecta siempre, no te consideras lo suficientemente perfecta para este mundo. Odias tu cuerpo, tu sonrisa, tu manera idiota de actuar, tus defectos y voluntades, todo de ti te da vergüenza. Te piensas en un desastre total mientras eres idola de muchas personas en tu escuela; aquella chica amable, sonriente y ejemplar no es feliz, no es quien quiere ser o quien podría ser. Tú no eres tú, y te odias por eso.
Tu vida está llena de desgracias; tu Padre en la cárcel por un error, tu Madre desaparecida, y te crías con tu abuela, quién es la única que te da amor y conformidad. Estas llena de estrés, harta de tus amigos y sus mentiras, harta del mundo que te rodeaba..aún así, crees que todo es tú culpa y que todo a tu alrededor es mentira.

Por eso, subiste a tu edificio en tu balcón, te sentaste en una baranda y recitaste una oración religiosa. Tus planes en esos momentos no eran felices, ni siquiera eran brillantes..estabas planeando saltar y que el destino sea como sea.
Momentos antes de largarte a una muerte directa, una voz se presentó en aquel instante, y te paralizaste como una piedra. Aquella voz te rogaba que no saltes, y al darte la vuelta, viste una máscara y un traje rojo; Spiderman estaba aquí.

—¡No! ¡No saltes por favor!—te gritó aquella voz joven.
Al darte la vuelta a mirar quién gritaba, el chico detrás de la máscara, a él le asustó ver como tus ojos estaban tan rojizos, tu piel muy blanca y tus labios resecos.
—¿Porqué no debería de saltar, Spiderman?—preguntaste, retórica—¡Estoy harta de siempre ser la última opción, de ser el número dos!
Peter, el afortunado Spidey, estaba suspirando y preocupándose mucho por lo que tú harías en ese preciso instante.
—¡Escúchame! ¡Sé que es difícil, pero estuviste sola todo este tiempo! ¡No tenías a nadie a tu lado para apoyarte cuando ibas con ojeras al colegio! ¡Pero mírame!, ¡Ahora me tienes a mi!—siguió gritando, alzando una mano hacia ti.

Seguías mirando hacia abajo y no sabías que hacer, no sabías a quién o qué debías confiar para poder tener un final feliz. Pero nadie tiene un final feliz, y decidiste saltar..al saltar, unos segundos después de lanzarte, sentiste algo baboso tocar tu mano y parecía que no se despegaría.
Al mirar hacia arriba, descubriste que era Spiderman quién estaba sosteniéndote fuertemente para no cometer un grave error.

—¡Dame una oportunidad y te mostraré porqué debes seguir viviendo!—gritaba, aturdiéndote.
Suspiraste varias veces, y tomaste con tu otra mano la telaraña colgando de tu mano.

El chico de traje rojo ajustado tomó con fuerzas la telaraña para que subieras hasta aquel balcón, y al subir, te tomó fuertemente del brazo izquierdo y te empujó hasta él; te abrazó profundamente y podías sentir como su cuerpo se desmoronaba en el tuyo.

—¿S-spiderman?—preguntaste, sintiéndote ridícula.
—¡L-lo siento tanto! N-no quise ofenderte.—se alejó de ti.
—¿Porqué me abrazaste así? No es como si nos conociéramos.—subiste ambos hombros.
—Si, creo que, tarde o temprano lo sabrías...—pronunció, quitándose la máscara.

Una vez que la máscara estaba completamente fuera y los ojos se intercambiaron, quedaste totalmente sorprendida y descubriste la total verdad. Por unos instantes, te quedaste inmóvil, sin ser capaz de poder mover cualquier parte de tu cuerpo...Pero luego de unos segundos, recuperaste aquel control y te acercaste a Peter Parker; el chico que se enamoró de ti, y tú la chica que se enamoró de él.
Pusiste tu mano en su cara, y él alcanzó tu mano con su cabeza, acariciandola el castaño. Tus ojos se cristalizaron, y no podías evitar dejar de verlo, estabas completamente enamorada sabiendo que alguien tan adorable y dedicado como Peter dedicara su vida a salvar otras, estabas encantada de conocerlo.

—Pet.—pronunciaste, en voz baja—Eres Spiderman.—le sonreíste, atontada.
—El agradable vecino Spiderman.—te contestó con otra sonrisa. Pero esa sonrisa se esfumó en unos instantes para poner una cara triste de perro mojado—¿E-estás decepcionada?
—¿Qué? ¡No!—le sonreíste, tomando su mano derecha y apretándola—Estoy feliz de que mi superhéroe favorito sea Spiderman—le regalaste otra sonrisa más, con tus ojos brillando y sin mostrar tus dientes.

En un instante, notaste como Peter mordió sus labios al ver los tuyos y no se limitó, se lanzó a tus labios y fue dueño de ellos.
Cuando el tiempo pasó, y Peter y tú eran mayores de edad, están siempre juntos y se quieren y cuidan uno al otro siempre; él es tú razón para vivir, él es la verdadera persona que está para ti.

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perdonen por lo feo que está este capítulo y la demora; estoy muy ocupada últimamente pero no me va a detener para seguir publicando capítulos.
De todos modos, me vuelvo a disculpar una vez más por lo horrendo y asqueroso que es este capítulo y trataré que él siguiente sea un poco mejor que esto.
Besos

Tom Holland One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora