8/SP

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La noche había llegado y eso implicaba que Spiderman debía vigilar las calles de Queens, y esperar a otra misión importante para los Vengadores, o tal vez, una misión propia.

Entre la luz de los faroles, el de traje rojo observaba con su avanzado traje de tecnología Stark, que le permitía explorar la ciudad ampliamente sin la necesidad de gastar telaraña (cosa que el luego debía pagar, por supuesto).

Nada ocurría, todo era lento y aburrido. Entonces Spiderman empezó a hablar con la maquina que controlaba su traje: Karen. Era una amiga más, aún así no tener forma y cara, el se divertía descubriendo los secretos que ocultaba el traje diseñado por el mismísimo millonario Tony Stark, quién el consideraba un Padre. Aún así Stark no lo aceptara, su lado de Papa preocupado siempre salía a la luz si Peter estaba en peligro.

—Karen, ¿Estás segura que no hay ningún robo? ¿Algo interesante que pueda hacer?—preguntó, por décima vez.
—Sí.—pausó—Una chica esta siendo atacada.

Detrás de la máscara de Peter Parker, los ojos de este le indicaron el camino a llegar al problema que estaba ocurriendo.

—En mi camino.—contestó, pegando su larga telaraña en un muro.

Presionando fuertemente el botón, y llegando a el problema como el agradable vecino Spiderman, Peter hablaba con su máquina para recibir toda la información necesaria del robo, y llevarlo a cabo.

—¡Hey, manos fuera!—gritó Spiderman, atrayendo la atención del ladrón.
—Oh, ya veo.—pausó—El chico arácnido que no tiene poderes quiere vencerme, ¿Ah?—parloteó.
Y aunque Peter moría por hacerlo entrar en razón con una charla gentil, había una chica bella delante de él y debía dejarle una lección al ladrón.

Fue cuando todo empezó a hacerse divertido.

Aunque el rudo quiso tomar delantera, el sentido arácnido de Peter era algo que el sabía utilizar perfectamente. Al esquivar el débil golpe de el ladrón a mano armada, este se quedó boquiabierta de lo que había sucedido, parecía que la arañita no es tan pequeña.

—Tengo sentidos arácnidos.—hablaba el chico del traje rojo, esquivando los golpes sin hacer el mínimo esfuerzo—Siempre estoy alertado cuando algo malo sucederá, es como un cosquilleo.—pausó, dandole ventaja—¿Sabías que también tengo fuerza incrementada?—preguntó irónicamente.

Un golpe directo en su nariz lo neutralizó temporalmente, así, podría dejar en paz a la chica y poder hacer su tarea tranquilamente. Tal vez tendría de una vez por todas, su noche deseada desde que el héroe de Queens aparece: dormir en paz, y sin vigilar por las noches. Le demostraría a Ned que el si puede manejar ambas vidas.

—Una victoria más para mi.—lardeó.
—Ah, sí, claro. Y la chica ignorada aquí.—protestó la hermosa chica, con una raspada en su pierna.
—¿Te lastimó?—preguntó, acercándose a ella.
—No, idiota, tan solo me rasguñó.—dijo, con puro odio en sus letras—Sí, tenía un cuchillo.

Genial, un cuchillo.

Peter era de enfrentar grandes peligros, pero el no esta hecho de vibranium, y eso, aún así sus poderes no podrían hacerlo evitar de que un cuchillazo o una bala clavada en su pecho, o en el de cualquiera, no llegara a pasar. Y eso lo asustaba, pero hoy, debía juntar sus fuerzas, y dejar de ser un niñito.

—Lo lamento, señorita.—rodeó sus ojos detrás de la máscara—La llevaré a un hospital.
—No.—contestó.
—¿Perdone?—repitió, dándose la vuelta.
—Dije que no.—cruzó ambos brazos.

Vaya que tenía carácter.

—¿Y se curará así no más?—preguntó irónico, molestándose. Suspiró—Te llevaré a mi habitación, y te curaré allí.
—No creo en los super héroes.—respondió ella, haciéndole un hoyo en su corazón.
—Bueno, confiarás en mi, entonces. No te dejaré sangrando por que sí. La policía se puede encargar del ladrón.—contestó, agarrándola fuertemente y lanzando al aire sus famosas telarañas.
—¡Suéltame!—protestaba pateando, perdiendo y humillándose.

Finalmente, ambos llegaron a la habitación y el lo curó lentamente, sin sacarse la máscara.
Ella lo miraba fijamente, mientras tocaba suavemente la herida, notaba como sus músculos se remarcaban entre las finas líneas negras en su traje, el azul, la araña, su máscara, y...¡Sus fotos!

Parker no lo tenía planeado, pero sus fotos colgaban en su pared. Estaban todos ellos, Mj, Ned, Liz, y hasta Flash! Quién, arduamente, llegó a colarse en la foto.

—Así que Peter Parker, ¿Eh?—habló ella, con una pierna estirada, sentada en la cama del estudiante.
Peter miró detrás suyo, y se golpeó reiteradas veces la cabeza, mientras que la chica se reía.
—Por lo menos ahora puedo tener más aire.—contestó, quitándose la máscara.

Y aunque la foto era borrosa, y estaba toda movediza. En persona, Parker era mucho más lindo de lo que aparentaba, y la chica lastimada estaba hipnotizada, ahora si se puede creer en los héroes si nerds detrás de esas máscaras se ocultan.

—¿Está mejor?—le preguntó a la chica, totalmente hipnotizada.
—S-sí.—volvió a la realidad.
—Escucha, necesito que guardes silencio sobre mi identidad, ¿Está bien?—hablaba el desenmascarado, dejando las vendas.
—Oye, tranquilo. Me imagino que sí todos lo supieran, tus más queridos estarían en peligro.—sonrió tiernamente.
—Bueno, gracias.—pausó—¿No te parece injusto?
—¿Qué?—preguntó, intrépida.
—¿Qué tu sepas mi nombre y yo no el tuyo?

Ella se rió, y volvió a hablar.

—_____ Wattson.—sonrió, encantada.
—Peter Parker..alias Spiderman.—sonrió él, encantado.

Tom Holland One-ShotsWhere stories live. Discover now