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"Otra noche en Queens"

En una casa normal se encontraba un chico soñador, quién aparentaba ser el chico más torpe y nerd que existe en el planeta tierra. Y aunque es verdad, tiene un gran poder que debe llevar con una gran responsabilidad para poder ayudar a otros; estamos hablando del amigable vecino Spiderman, o Peter Parker, en sus minorías.
Aunque casi nadie conocía su identidad, tú conociste la de él sin querer hacerlo, pues descubriste su traje puesto debajo de el escritorio, mientras esperabas para hacer la tarea de Historia.

Aunque es menor llamarlo "Agradable vecino Spiderman", se ha ganado el respeto de muchos por pelear junto y como un vengador del famoso grupo "Los Vengadores", que como él, defienden inocentes y se encargan de la justicia cuando el resto no pueda. Sabías que a Peter le importan sus actos hacia los demás y de siempre demostrar que no es una simple opción para que el Capitán américa tenga con quién pelear.
Admiras su esfuerzo, amabilidad y dedicación que pone a todo lo que él realiza; por eso te molesta cuando lo retan por llegar tarde o tener problemas en su colegio, ya que no saben de la doble vida que el conlleva y que es un gran peso encima, considerando que su Tía May lo adora más que nadie.

Pero las palabras no siempre llevan a un acuerdo de paz, no todos somos santos que lo peor que les puede pasar es perder un lápiz, existen personas que a través de pruebas de la vida, utilizan el temor para adueñarse de lo que quieren. Allí es donde se equivocan y la ley interfiere, Peter es uno de aquellos en la ley que debe interferir, sin importar quién sea.
Y pelear por la ley contra un alocado buitre humano, no es simple en ningún aspecto. Puede costarle la vida a él, o a cualquier ser querido de Parker. Pues, en esta ocasión, eres tú quién está en peligro.

Mientras el fuego le da un ambiente fuerte a la situación, la arena está ardiendo, Peter está con su traje viejo echado en el suelo y sin su máscara; tú te titubeas luego del golpe que él recibió, te sentaste rápidamente y lo intentaste ayudar, pero eso te duró poco ya que el buitre te tomó de tus hombros con aquellas barras metálicas y te alzó en el aire. Tus gritos acapararon los oídos de Peter y este se alarmó e intentó pararse aún así sería lo último que hiciera.
Seguías en el aire, mientras el buitre le daba un sermón típico de villano.

—Verás como sufren.—dijo, arrojándote a pocos centímetros de Peter.

Peter te iba a agarrar hasta que las alas del villano le golpearon hasta arrastrarlo hacia una de las cajas del avión que fue destrozado.

—¡Peter!—gritase, en el suelo.
El buitre te volvió a agarrar y ahora te subía y aplastaba contra él suelo al bajar, te dolía cada parte de tu cuerpo y no lo sentías. Deseabas estar con Peter y que este se recupere y le rompa la cara a este estúpido villano.
Pero no, nada; seguías siendo aplastada pero más llegaste a escuchar los gritos desaforados de el chico, rogándole a el tipo.

—¡Para, porfavor!—gritó, haciendo parar a Toom—¡Por favor, para! ¡Ella no! ¡Me retiraré!—gritaba enloquecido, acercándose a ustedes.

Te soltó y caíste una vez más en el suelo, el villano se fue muy lejos y te dejó retorcida en el suelo. Peter te tomó de la espalda y te cargó en sus brazos, te sonrió y estiró sus dedos rotos para largar telaraña, y luego irse.

Abriste los ojos en un nuevo lugar, lograste saber de quién se trataba al ver la cama delante de ti color azul; era la habitación de Peter. A tu lado estaba Peter, con sus piernas cruzadas y una de ellas titubeando, su cara hundida en su mano y su mano izquierda se presionaba realmente fuerte.
Te vió y te empezó a atender, usó hielo para tu cara y te sostuvo con una sonrisa que se le formó a ver tus ojos.

—Así que, el buitre, eh...—sonreíste, con dolores.
—¿Cuándo será que no intentes hacer un ambiente chistoso en un momento serio?—dijo él, haciéndote reír a carcajadas—¡Es en serio, ____! ¡Podrías haber muerto!
Luego de la gran carcajada, te callaste, te pusiste derecha y te acercaste a él.
—Pero no morí, todo gracias a ti.—le guiñaste el ojo y te echaste para atrás.

Una nube se formó en sus ojos y sentiste que él estaba triste, así que por eso, tomaste la mano que él tenía apoyado en tu cara, tomaste su mano con las tuyas y le sonreíste ampliamente. En un momento, él se adelantó a ti y te besó tiernamente, ambos se fundieron en un profundo beso que duró poco, ya que Peter lo cortó.

—L-lo lamento t-tanto.—se disculpó, mirándote con ojos de perrito.
—Ey, el beso estaba bien.—rieron ambos.

Tom Holland One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora