50/TH

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Imagina que...

Tus padres y —desafortunadamente— tú, fueron a tener unas vacaciones relajantes a Los Ángeles. Aunque a ellos no se les diera mucho el inglés, tú eres bilingüe y el inglés es como tu otro idioma natal.

Desde el día que llegaron, se la pasaron de maravilla y tuviste la oportunidad de sacar muchísimas fotos atractivas que reflejan lo mucho que la ciudad atrae a turistas como ustedes, y da el deseo de conocerla. Pero, además de las fotografías exitosas y las docenas de libros leídos en los caminos más aburridos, acompañados con el café más rico de Estados Unidos, también conociste en tu mismo hotel a un cierto chico llamado Tom Holland.

Pese a que tu nombre se te hacía conocido, no entendías porqué utilizaba docenas de abrigos oscuros arriba de su piel pálida, y cubría su cabello enrulado en las puntas castaño con una gorra del mismo color que sus abrigos y sus lentes. Y fueron tantas las veces que te lo cuestionabas, qué observarlo se te hizo mucha costumbre como el café amargo en las mañanas.

Los días pasaban, pero Tom y tú intercambiaban miradas y conversaciones infinitas cuando sus padres se mantenían lejos de ambos. Al conocerlo a fondo, el castaño es una persona carismática y muy atenta. Suda cariño y su aroma siempre suele ser de ensueño, acompañado con su sonrisa constante y sus labios bañados en manteca de cacao.

Pero aún así, no te dabas cuenta de que Tom es una súper estrella de Hollywood y está constantemente en las portadas de revistas, o con su cara palmada en la pantalla grande. De todas formas, lo asumías como una imaginación tuya y reservabas ese cariño de un chico humilde que no sale de su casa con un acento británico perfecto. Tanto, que las fotos que le tomabas cuando estaba distraído a él le causaban mariposas en el estómago —casi tanto como a ti—.

Se volvieron muy cercanos y sus vacaciones parecían cada vez más infinitas, pero así preferían que estén.

No fue hasta el ante-último día en tu aventura por Los Ángeles, que la curiosidad picó tus neuronas y decidiste buscar su bello nombre en tu computadora. Rápidamente lo encontraste y tu cara se bañó en sorpresa, aunque lo sospechabas, no sabías que Holland había actuado en películas tan famosas y que está en el Universo Cinematográfico de Marvel.

Con tu rostro pálido y sin poder cerrar tu boca, le escribiste con tus manos temblorosas para que se encontraran en el lobby del hotel. Él accedió fácilmente.

—Hola, ____—saludó con su, ya nombrada, característica sonrisa.

—Hola—imitaste su tono, en una voz muy fingida—. Necesito qué me digas algo, ahora.

Este abrió sus ojos y prosiguió a sentarse a tu lado en el sofá.

—¿Cuándo me ibas a decir que eres una súper-estrella?

Tom frunció su ceño y te observo varios minutos así, mientras tú movías inquietamente tu pierna y mordías tu labio inferior, esperando por una respuesta.

—Preferiblemente, nunca—respondió, tranquilamente. Lo miraste fulminante y no bajaste tu nivel de enojo.

—¿Nunca?—repetiste, él asintió—, ¿Porqué no me lo ibas a decir nunca?

—Porqué me caes bien, MUY bien—remarcó con su tono de voz, esforzándose por no mirar tus ojos—. No quería que pienses que estoy lleno de dinero, o que soy creído. Y menos quería que me dejases de admirar por la manera en la que soy solo porque soy famoso.

Sus ojos se entrecerraron, y aunque sudabas por los nervios y la incomprensión, decidiste apretar tus uñas a la palma de tu mano, haciendo contracción en los nudillos, e inhalaste y exhalaste las veces que hicieron falta para volver a dirigirte a el castaño, pero con una voz y mirada mucho más tranquilas.

—Tom—captaste su atención con tu tono de voz dulce—, ¿Te volviste loco?, ¿Realmente pensaste que te dejaría de sacar fotos mientras estás distraído porque eres famoso?, ¿O qué te dejaría de hablar como una parte más de mi vida?, ¿O qué te trataría diferente?, ¿Qué no preferiría el tú real que me mostraste?, Tom, no soy así—aseguraste—. Qué seas famoso, no cambia nada en nuestra amistad, entiéndelo.

Esbozaste una cara pensativa, haciendo que el británico sonría a medias.

—O bueno, tal vez será más pesado tener a tus fans encima mío, ya sabes, porque soy todo un talento innato—el castaño rió a carcajadas y tu lo acompañaste con una sonrisa pequeña, mientras observabas sus ojos iluminarse.

—¿En serio no tienes problema?

—¡No!—le sonreíste, y él acortó la poca distancia que había entre sus caras. Formó un beso suave, pero lento, y tomó tu mejilla para agregar al momento más ternura y compasión.

Al cortar ese largo y forajido beso, expresaste una sonrisa grande. Pusieron ambas narices juntas, y seguían en ese ambiente cálido.

—¿Me besaste?

Tú lo observaste chistosa, y esbozaste una sonrisa que contenía una fuerte carcajada.

—No idiota, tan solo puse mi ojo en tu boca.

Tom entrecerró sus ojos y se echó a reír, expresando un "no" pequeño y agudo. La noche entre ambos estaba llena de sonrisas así de puras y de besos castos.

 La noche entre ambos estaba llena de sonrisas así de puras y de besos castos

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¿Pueden creer que ya es mi one-shot 50 aquí? Porqué yo no me lo creo.

¡Gracias a todos por el cariño y los comentarios que alegran mi día en mis one-shots! Gracias por los votos, y las recomendaciones, en serio, significa mucho para mi que ustedes sean así de dedicados 🖤.

Gracias por 39k de lectores, nunca imaginé llegar tan lejos. Los amo💞.

Tom Holland One-ShotsWhere stories live. Discover now