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—¡Ay cariño! ¿Qué te sucedió?—preguntó preocupada May, la tía de Peter Parker.
—Peter...desapareció del baile, me dijo que se debía ir y que no podía estar conmigo hoy.—dijiste entre respiros gigantes de ahogo, con tu vestido en tus manos todo embarrado.

May te dejó entrar mientras cargaba tu vestido por detrás, entraste completamente y cerró la puerta detrás tuyo, mientras te limpiabas las lágrimas informales. Ella se puso de tu lado y tocó tu frente preocupada, te midió la fiebre aunque no era existente y te abrigó con una manta azul oscura, para luego darte el chocolate caliente que tanto deseabas en esos momentos.

Te pidió detalles mientras sentías el suave y caliente aroma del chocolate. Contaste todo lo que sabías, pero era escasa la información para lo serio que este asunto es.

—No lo sé, es raro. Es como si me ocultara algo...—luego de haber dicho esto, May se levantó nerviosa de su silla en frente tuyo y comenzó a caminar hacia la cocina.

Te intrigó bastante la reacción que tuvo May, pero parecía no querer hablar sobre eso. Antes de encerrarse en la cocina, te dijo unas últimas palabras que te intrigaron aún más.

—No te puedo decir mucho, pero, deberías hablarlo con él, si realmente te gusta.—te sonrió dudosa, y cerró la puerta de la cocina para no abrirla por mucho tiempo.

Te quedaste sentada pensando las millones de cosas que Peter podría no haberte dicho, mientras que la intriga te carcomía la piel, seguías imaginando que tan serio sería aquello que nunca te contó. Estabas nerviosísima, y tu garganta se cerró mientras apretujabas tus manos por imaginarte cosas horribles.

Minutos después, Peter apareció por la puerta de la habitación; a primera vista, te habías preparado para descargar tu ira en el y plantearle todos los problemas y cosas que hizo mal. Cuando lo viste entrar completamente, entendiste que no debías decir nada: tenía sangre seca en su cabeza, heridas, estaba todo sucio y tenía un olor terrible a gasolina.

Mientras se dió vuelta para dirigirse hacia ti, sus ojos se volvieron un mar y su cuello se hizo un nudo; entendiste que debías preguntarle como estaba, que ocurrió, apoyarlo. No gritarle. No sería sano para él.

—¿Peter? ¿Qué te ocurrió?—preguntaste asustada, mientras lo observabas de cabeza a pies

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—¿Peter? ¿Qué te ocurrió?—preguntaste asustada, mientras lo observabas de cabeza a pies.
—L-lo lamento tanto, no te merezco.—hablaba destrozado, con su puño derecho cerrado.
—Peter, escúchame...—te acercaste a él y tomaste sus mejillas rojas—Ahora te sientas, te ayudo y hablamos, ¿Está bien?—le sonreíste mientras el asentía con la cabeza—Pero nunca digas que no te merezco.

Te tomó de la cintura y te acercó a él, como es más alto, te besó la frente.

Luego de esta noche, te enteraste que tu novio usa un traje rojo y azul para combatir el crimen, y que fue mordido por una araña radioactiva. Pero sigue siendo él el que ilumina tus días, te llena de emociones, te hace sonreír, y te muestra el lado positivo a todo. Él es tu balanza y perderlo sería horrible, él arriesga su vida siendo Spiderman y lo sabes...pero sabes que él es feliz, y de cierta forma, no lo podrás detener.

Tom Holland One-ShotsWhere stories live. Discover now